2010-03-26 16:59:46

L’Osservatore Romano denuncia la instrumentalización de los casos de pederastia por ‘The New York Times’


Viernes, 26 mar (RV).- Transparencia, firmeza, severidad en la investigación de los distintos casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y religiosos. Estos son los criterios que Benedicto XVI ha indicado con constancia y serenidad a toda la Iglesia. Una forma de actuar que no complace a quien no quiere saber la verdad y quien preferiría poder instrumentalizar, sin fundamento alguno, horribles episodios y sucesos dolorosos que se remontan, en algunos casos, a diez años atrás.

Es la afirmación de L’Osservatore Romano respondiendo al artículo del periódico estadounidense ‘The New York Times’ que trata de implicar a la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuando tenía por prefecto al cardenal Joseph Ratzinger, con el gravísimo caso de un sacerdote estadounidense acusado de abusar sexualmente de niños con deficiencias auditivas. Se trata del grave caso del sacerdote Lawrence Murphy, responsable de abusos cometidos sobre menores en un centro católico, donde trabajó entre 1950 y 1974.

Este caso, como explica el mismo diario neoyorquino, fue presentado mucho después, en 1996, por la archidiócesis de Milwaukee a la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto era el cardenal Ratzinger y su secretario el entonces arzobispo Tarcisio Bertone, hoy cardenal secretario de Estado. Como ha explicado una nota publicada por el padre Federico Lombardi, director de la oficina de prensa de la Santa Sede, la archidiócesis estadounidense no presentó el caso por denuncias de abusos sexuales del sacerdote, una cuestión que para la justicia estadounidense había sido archivada años atrás, sino por violación del sacramento de la penitencia, perpetrada a través de solicitaciones sexuales en el confesionario.

"Es importante observar, como ha declarado el padre Lombardi, que la cuestión canónica, presentada a la Congregación, no estaba relacionada de ninguna manera con un posible procedimiento civil o pena contra el padre Murphy, contra quien la archidiócesis ya había emprendido un procedimiento canónico, como resulta evidente de la abundante documentación publicada por el diario de Nueva York".

"A la petición del arzobispo, la Congregación respondió, con una carta firmada por el entonces arzobispo Bertone, il 24 marzo 1997, indicando que se procediera según establece la Crimen sollicitationis". Como se puede deducir a través de la lectura de la misma reconstrucción del New York Times sobre el caso del padre Murphy, no hubo encubrimiento alguno. E incluso se confirma con la documentación que acompaña al artículo en cuestión, en la que figura también la carta que el padre Murphy escribió en 1998 al entonces cardenal Raztinger solicitando que se interrumpiese el procedimiento canónico a causa de su estado de salud. También en este caso la Congregación respondió, a través del arzobispo Bertone, invitando al ordinario de Milwaukee a llevar a cabo todas las medidas pastorales previstas por el canon 1341 para obtener la reparación del escándalo y el restablecimiento de la justicia.







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