Cardenal Bertone: san Benito como referencia fundamental para la unidad de Europa
Domingo, 21 mar (RV).-La figura de San Benito de Nursia, su grandiosa herencia espiritual
y la enorme contribución que dio a la construcción de la Europa cristiana, ha sido
hoy el tema central de la homilía del cardenal Tarcisio Bertone en la abadía de Montecassino.
En el aniversario de la muerte del patrono principal de Europa, y en el mismo lugar
donde falleció el fundador de la orden Benedictina, el secretario de Estado ha hablado
ampliamente de quien conjugó el “ora et labora” y cuyo estandarte era un arado y la
Cruz.
Para ilustrar la importancia de san Benito, el cardenal Bertone ha recordado
las razones de la elección del nombre del Pontífice. Y retomando su primera audiencia
general, el 27 de abril de 2007, el purpurado ha subrayado que “san Benito constituye
un punto de referencia fundamental para la unidad de Europa y un potente reclamo a
las irrenunciables raíces cristianas de su cultura y su civilización”.
De hecho,
como ha recordado el cardenal Bertone, gracias a san Benito surgieron en todo el continente
centros de oración, de cultura, de promoción humana, de hospitalidad para los pobres
y peregrinos. Y dos siglos después de su muerte más de dos mil monasterios seguían
su Regla. Con san Benito comienza la renovación del mundo; comienzan a ser iguales
y hermanos, latinos y bárbaros, antiguos esclavos y antiguos amos. Ahora todos son
iguales, con la misma ley, los mismos derechos y el mismo respeto.
“Benito
dio a los nuevos tiempos – ha añadido el purpurado- un nuevo mensaje que todavía hoy
conserva su validez: el cristo-centrismo benedictino es siempre un humanismo auténtico,
porque concilia la trascendencia de la oración con la actividad del hombre a la conquista
del mundo”.
También hoy Europa está en busca de su propia identidad. Pero,
para crear una unidad nueva y duradera son importantes los instrumentos políticos,
económicos y jurídicos, pero también es necesaria una renovación ética y espiritual
que se nutra de las raíces cristianas del continente.
Por último, el cardenal
Bertone ha evidenciado que “igual que san Benito y sus monjes supieron hacerse constructores
y custodios de la civilización, en ésta nuestra época, caracterizada por una rápida
evolución cultural es urgente tomar conciencia de las nuevas exigencias y subrayar,
al mismo tiempo, la profunda adhesión a los valores perennes. Porque, si verdaderamente,
como san Benito, si la vida espiritual del cristiano, del religioso, del sacerdote,
es profunda; si cada uno en su propio ámbito intenta servir a Dios, entonces será
un verdadero constructor de la civilización del amor”.