2010-03-20 17:00:24

Benedicto XVI pide a los obispos de Burkina Faso y Níger dar prioridad a la formación del clero y elogia las buenas relaciones interreligiosas


Sábado, 20 mar (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana en audiencia a los obispos de Burkina Faso y Níger al final de su quinquenal visita ad limina. Una visita ha dicho el Papa, en su discurso, que es un “signo concreto de unión de las Iglesias particulares con el Sucesor de Pedro”. “Deseo que el reforzamiento de esta unidad, también entre vosotros, en el seno de la Iglesia universal, fortifique vuestro ministerio y aumente la credibilidad del testimonio de los discípulos de Cristo.”

El Pontífice ha recordado que tras un siglo de evangelización la iglesia de esta parte de África “ha dado ya frutos abundantes”, pero a pesar de ello, ha pedido “que un nuevo impulso misionero anime vuestras comunidades con el objetivo de que el mensaje evangélico sea plenamente acogido y fielmente vivido. La fe siempre tiene necesidad de consolidar sus raíces para no volver a viejas prácticas, incompatibles con el seguimiento de Cristo”.

El Santo Padre ha saludado con satisfacción los esfuerzos realizados en los últimos años para “una sana inculturación de la fe y ha animado a los obispos a proseguir en los esfuerzos misioneros de solidaridad que están realizando con generosidad con las Iglesias hermanas del continente africano. El Papa ha recordado que la reciente Asamblea del Sínodo para África ha invitado a las comunidades cristianas a hacer frente a los desafíos que presenta la reconciliación, la justicia y la paz.

El Papa ha manifestado su satisfacción al saber que la Iglesia de Burkina Faso y Níger continúan luchando contra los males que impiden a la población poder acceder a un auténtico desarrollo. Y se ha alegrado asimismo por la solidaridad mostrada a los más afectados por las inundaciones del pasado mes de septiembre en la región. “Esta solidaridad enraizada en el amor de Dios -ha expresado el Pontífice- debe ser un compromiso permanente de la comunidad eclesial.

Benedicto XVI ha insistido para que el año sacerdotal contribuya a subrayar “la grandeza del sacerdocio y a promover una renovación interior en la vida de los sacerdotes, para que su ministerio sea siempre más intenso y fecundo. El sacerdote es ante todo un hombre de Dios” y su formación ha de ser constante. Después de subrayar el papel esencial de los catequistas y de los laicos en el seno de la Iglesia, el Papa ha invitado a los obispos a prestar una atención particular a “los dirigentes políticos e intelectuales de los dos países, a menudo enfrentados por ideologías opuestas a una concepción cristiana del hombre y de la sociedad”.

El Pontífice finalmente ha saludado el “buen clima existente en las relaciones interreligiosas, lo que permite profundizar los lazos de estima y amistad, así como la colaboración entre todas las partes de la sociedad. “Que las relaciones que unen a cristianos y musulmanes -ha afirmado Benedicto XVI- continúen reforzándose a fin de que progresen la paz, la justicia y pueda promoverse el bien común, superándose toda tentación a la violencia o la intolerancia.







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