“La familia es la semilla de esperanza para el futuro de Europa”
Domingo, 14 mar (RV).- En el marco del encuentro celebrado en Gniezno (Polonia), dedicado
a la “La familia, esperanza de Europa” -que hoy precisamente ha recordado el Papa
durante el Ángelus-, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Card. Ennio
Antonelli ha hablado, este domingo, sobre la crisis de la familia en Europa, poniendo
de relieve la importante “semilla de esperanza para el futuro”, que numerosas asociaciones
familiares están impulsando, con destacadas iniciativas.
El purpurado ha subrayado
que ha sido escuchado el llamamiento del Venerable Juan Pablo II, en su Exhortación
Apostólica Familiaris Consortio, al episcopado al clero y a los fieles de toda
la Iglesia, sobre la misión de la familia en el mundo actual: “Hace treinta años,
Juan Pablo II llamaba a las familias a movilizarse para construir una sociedad más
atenta a sus derechos y deberes: las familias -decía el Papa en la Familiaris
Consortio- deben ser las primeras en procurar que las leyes y las instituciones
del Estado no sólo no ofendan, sino que sostengan y defiendan positivamente los derechos
y los deberes de la familia. En este sentido las familias deben crecer en la conciencia
de ser ‘protagonistas’ de la llamada ‘política familiar’, y asumirse la responsabilidad
de transformar la sociedad; sino las familias serán las primeras víctimas de aquellos
males que se han limitado a observar con indiferencia (n. 44). Este llamamiento no
ha caído en el vacío. Está recibiendo una respuesta cada vez más vigorosa en las actividades
de las asociaciones familiares y es otra semilla de esperanza para el futuro, para
el futuro de Europa”.
El Card. Antonelli ha recordado que las reivindicaciones
de las asociaciones familiares son de carácter cultural, jurídico y económico. Citando
entre éstas la tutela del matrimonio entre un hombre y una mujer, y el derecho de
los niños a tener un padre y una madre. Y en caso de adopción, el derecho del niño
de ser encomendado a un matrimonio que brinde suficientes garantías de armonía y estabilidad.
Además del derecho de los menores a recibir la educación de su familia, la debida
ayuda a la reunificación familiar de los emigrantes, y ofrecer ayudas concretas para
defender la vida que nace, afirmando el derecho a la objeción de conciencia de los
que trabajan en la sanidad. El presidente del Pontificio Consejo para la Familia ha
hecho hincapié en que los Pastores deben acompañar a los laicos, que son los verdaderos
protagonistas en esta importante misión.