2010-03-14 13:21:51

“La familia es la semilla de esperanza para el futuro de Europa”


Domingo, 14 mar (RV).- En el marco del encuentro celebrado en Gniezno (Polonia), dedicado a la “La familia, esperanza de Europa” -que hoy precisamente ha recordado el Papa durante el Ángelus-, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Card. Ennio Antonelli ha hablado, este domingo, sobre la crisis de la familia en Europa, poniendo de relieve la importante “semilla de esperanza para el futuro”, que numerosas asociaciones familiares están impulsando, con destacadas iniciativas.

El purpurado ha subrayado que ha sido escuchado el llamamiento del Venerable Juan Pablo II, en su Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, al episcopado al clero y a los fieles de toda la Iglesia, sobre la misión de la familia en el mundo actual: RealAudioMP3 “Hace treinta años, Juan Pablo II llamaba a las familias a movilizarse para construir una sociedad más atenta a sus derechos y deberes: las familias -decía el Papa en la Familiaris Consortio- deben ser las primeras en procurar que las leyes y las instituciones del Estado no sólo no ofendan, sino que sostengan y defiendan positivamente los derechos y los deberes de la familia. En este sentido las familias deben crecer en la conciencia de ser ‘protagonistas’ de la llamada ‘política familiar’, y asumirse la responsabilidad de transformar la sociedad; sino las familias serán las primeras víctimas de aquellos males que se han limitado a observar con indiferencia (n. 44). Este llamamiento no ha caído en el vacío. Está recibiendo una respuesta cada vez más vigorosa en las actividades de las asociaciones familiares y es otra semilla de esperanza para el futuro, para el futuro de Europa”.

El Card. Antonelli ha recordado que las reivindicaciones de las asociaciones familiares son de carácter cultural, jurídico y económico. Citando entre éstas la tutela del matrimonio entre un hombre y una mujer, y el derecho de los niños a tener un padre y una madre. Y en caso de adopción, el derecho del niño de ser encomendado a un matrimonio que brinde suficientes garantías de armonía y estabilidad. Además del derecho de los menores a recibir la educación de su familia, la debida ayuda a la reunificación familiar de los emigrantes, y ofrecer ayudas concretas para defender la vida que nace, afirmando el derecho a la objeción de conciencia de los que trabajan en la sanidad. El presidente del Pontificio Consejo para la Familia ha hecho hincapié en que los Pastores deben acompañar a los laicos, que son los verdaderos protagonistas en esta importante misión.








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