Benedicto XVI exhorta a los obispos sudaneses a perseverar en su misión al servicio
de la justicia, la reconciliación y la paz, favoreciendo el diálogo interreligioso
Sábado, 13 mar (RV).- Benedicto ha exhortado a los obispos sudaneses a perseverar
en la importante misión que desarrollan con la Iglesia en África, al servicio de
la reconciliación, de la justicia y de la paz, favoreciendo asimismo el diálogo interreligioso.
Al recibir a los miembros de la Conferencia Episcopal de Sudán, que han finalizado
hoy su visita ad Limina Apostolorum, el Papa ha reiterado que conoce muy bien la destacada
obra de pacificación, que estos obispos y toda la comunidad católica siguen impulsando
sin cesar en esta amada nación africana, aun a pesar de las enormes dificultades
y sufrimientos que tienen que afrontar para poder ser testigos inquebrantables de
Cristo, el príncipe de la paz.
Tras hacer hincapié en la declaración de los
obispos de Sudán, afianzada en el Evangelio, que rechaza con firmeza todo atisbo de
conflicto y guerras, el Santo Padre ha recordado asimismo que es necesario derrotar
los factores que ponen en peligro la paz: «Se deben
cumplir esfuerzos concretos para disminuir los factores que contribuyen a sembrar
conflictos. En particular, la corrupción, las tensiones étnicas, la indiferencia y
el egoísmo. Las iniciativas en favor de la paz podrán dar buenos frutos si se basan
en la integridad, en el sentido de hermandad universal y en las virtudes de la justicia,
de la responsabilidad y de la caridad. Los tratados y otros acuerdos – instrumentos
indispensables para construir los procesos de paz – podrán brindar los frutos anhelados
sólo si se inspiran y acompañan con el ejercicio de un liderazgo elevado, maduro y
moral».
En este contexto, Benedicto XVI ha reiterado su exhortación:
«Os exhorto a proseguir
fortalecidos y arraigados en vuestra reciente experiencia en la asamblea especial
para África del sínodo de los obispos, perseverando en vuestra predicación de reconciliación
y perdón. Los efectos de la violencia pueden tardar muchos años en curarse y es imprescindible
un cambio radical, para poder impulsar una paz justa y duradera, que se debe implorar
como don de la gracia de Dios».
Alentando a los obispos de Sudán a seguir
siendo heraldos del Evangelio, inculcando en sus fieles y en toda la sociedad un sentido
de responsabilidad hacia las generaciones presentes y futuras, impulsando el perdón,
la aceptación mutua y el respeto de los compromisos tomados, el Papa ha expresado
su profunda satisfacción también por la importante tarea que estos prelados vienen
desarrollando con el propósito de afianzar los derechos humanos fundamentales, por
medio de las leyes y de la aplicación de un modelo de desarrollo económico y humano
integral: «Aprecio todo
lo que la Iglesia en vuestro país hace para ayudar a los pobres a tener una vida
digna, brindando ayuda también para encontrar trabajos estables y para permitirles
ofrecer su contribución apropiada a la sociedad».
Sin olvidar la importancia
de la comunión en la fe y en el amor a Cristo, siendo sus testigos en cada aspecto
de la vida familiar, social y política, el Santo Padre ha animado asimismo a los obispos
sudaneses a seguir impulsando la educación católica y a perseverar en el diálogo interreligioso:
«Finalmente, deseo
expresar mi aprecio por vuestros esfuerzos para mantener buenas relaciones con los
seguidores del Islam. Mientras trabajáis para promover la cooperación en iniciativas
prácticas, deseo alentaros en fortalecer los valores que los cristianos comparten
con los musulmanes, como cimientos para ese “diálogo de vida”, que es un primer paso
esencial hacia el respeto y la comprensión interreligiosa auténticos. Esta misma apertura
y amor se deben mostrar a las personas que pertenecen a las religiones tradicionales».