La Iglesia hace todo lo posible para que no se repitan los abusos sexuales de menores
Martes, 9 mar (RV).- El director de la oficina de prensa de la Santa Sede, saliendo
al paso de la gravísima cuestión sobre los casos de abusos sexuales a menores por
parte de eclesiásticos, en particular sacerdotes, que en las últimas semanas está
invistiendo algunas instituciones de la Iglesia, ha escrito una nota con algunas consideraciones
al respecto. El padre Federico Lombardi explica que recientemente, el Santo Padre
ha demostrado su participación personal en el caso de la Iglesia de Irlanda, convocando
dos encuentros: uno, con los más altos representantes del episcopado de este país
y otro, con todos los obispos y está preparando una carta sobre el argumento. Pero
en las últimas semanas el debate sobre los abusos sexuales en la Iglesia se está extendiendo
a otros países europeos: Alemania, Austria y Holanda.
«Las principales instituciones
eclesiásticas implicadas han afrontado el problema desde su manifestación con tempestividad
y decisión. Han dado prueba de voluntad de transparencia, en cierto sentido han acelerado
la manifestación del problema invitando a las víctimas a hablar, aún cuando se trataba
de casos de hace mucho tiempo. Actuando de este modo han afrontado las cuestiones
con ‘el pie derecho’, porque el punto de partida correcto es el reconocimiento de
lo que ha sucedido y la preocupación por las víctimas y las consecuencias de los actos
cumplidos contra ellas».
Para que “no se repitan en el futuro estos
gravísimos hechos”, la Iglesia, explica el padre Lombardi, ha retomado “directivas
ya existentes” y “nuevas indicaciones operativas” en una campaña de “estrategia” y
“prevención”.
«Estos hechos movilizan
a la Iglesia a elaborar respuestas apropiadas y se insertan en un contexto y en una
problemática más amplia, con el fin de tutelar a niños y jóvenes de abusos sexuales
en la sociedad. Ciertamente, los errores cometidos en las instituciones y por parte
de responsables eclesiales son particularmente reprobables, dada la responsabilidad
educativa y moral de la Iglesia. Pero todas las personas objetivas e informadas saben
que la cuestión es mucho más amplia y que concentrar las acusaciones sólo sobre la
Iglesia lleva a falsear la perspectiva».
El padre Lombardi termina diciendo
la Iglesia está preparada a participar y comprometerse en toda iniciativa para afrontar
la cuestión que contribuya a acabar con “esta dolorosa experiencia”. Pero recuerda
que si bien la Iglesia vive insertada en la sociedad civil y en ella se asume sus
responsabilidades, por otra parte, tiene un propio ordenamiento específico distinto,
el “canónico”, que responde a su naturaleza espiritual y sacramental, cuyos procedimientos
jurídicos y penales son de distinta naturaleza”. “En el ámbito canónico el delito
de abuso sexual a menores ha sido siempre considerado uno de los más graves. En conclusión,
“no se puede negar la gravedad del doloroso trance que está atravesando” la Iglesia,
y “no hay que renunciar a hacer todo lo posible para que se obtengan resultados positivos
de mejor protección de la infancia y la juventud en la Iglesia y en la sociedad y
de purificación para la misma Iglesia”.