Concluyen los ejercicios espirituales de Cuaresma y el Papa recuerda que el hombre
se conoce a sí mismo escuchando al prójimo y sobre todo a Dios
Sábado, 27 feb (RV).- Benedicto XVI y sus colaboradores de la Curia Romana concluyeron,
esta mañana los ejercicios espirituales de Cuaresma, en la capilla Redemptoris Mater,
del Palacio Apostólico. Luego de la celebración de las Laudes y la meditación del
padre Enrico dal Covolo, el Papa tomó la palabra para agradecerle sus “apasionadas
y muy personales” reflexiones que los han “guiado en el camino hacia Cristo y en el
camino hacia la renovación de su sacerdocio”
En su breve discurso al final
de los ejercicios, el Papa puso de relieve la oración de Salomón, elegida por el padre
Enrico en su meditación: “Por un corazón que escucha”, pues -como dijo- resume toda
la visión cristiana del hombre.
“El hombre no es
perfecto en sí mismo, el hombre necesita las relaciones, estar en relación”. No puede
en su meditación reflexionar sobre toda la realidad, pues necesita la escucha, la
escucha del otro y sobretodo la escucha del Otro- en mayúsculas- de Dios. Solo así
se conoce a sí mismo, sólo así se hace a sí mismo”. El Santo Padre aludió
a la imagen de la Madre del Redentor - la Sedis Sapientia, la sabiduría encarnada
en el vientre-, que constantemente puede ver desde su lugar en la Capilla Redemtoris
Mater y recordó cómo san Lucas presenta a María como una mujer de “corazón de escucha”,
que sumergida en la palabra de Dios, la medita, la escucha, la compone y la conserva
en su corazón.
«Los padres de
la Iglesia dicen que en el momento de la Concepción del Verbo eterno en el vientre
de la Virgen, el Espíritu Santo entró en María a través del oído: en la escucha ha
concebido la palabra eterna, ha dado su carne a esta palabra. Y así nos dice qué es
tener un corazón de escucha».
Benedicto XVI explicó que en los frescos
que decoran la capilla, María está rodeada por los padres y las madres de la Iglesia,
por la comunión de los santos, y así se puede entender que no es en el yo aislado
que podemos realmente escuchar la Palabra, sino sólo en el nosotros de la Iglesia,
en el nosotros de la comunión de los santos, tal como lo propuso el predicador en
estos ejercicios espirituales presentando las figuras de varios sacerdotes.
«Usted querido
don Enrico nos lo ha mostrado, dando voz a cinco figuras ejemplares del sacerdocio,
comenzando por Ignacio de Antioquia hasta el querido papa Juan Pablo II. Así hemos
podido realmente percibir qué significa ser sacerdotes, hacernos cada vez más sacerdotes
y también ha subrayado que la consagración va hacia la misión, está destinada a hacerse
misión».
El Santo Padre concluyó sus palabras reafirmando que en estos
días de Ejercicios Espirituales han podido profundizar, con la ayuda de Dios, en su
consagración y con renovada valentía enfrentar su misión.