El Papa reclama la integridad de la persona como “primer capital que hay que salvaguardar
en cualquier proyecto”, incluso en el contexto de la crisis económica y la amenaza
del terrorismo
Sábado, 20 feb (RV).- A última hora de la mañana, el Santo Padre ha recibido en audiencia
a los representantes del Organismo Nacional Italiano para la Aviación Civil, acompañados
por el ministro de transportes, Altero Matteoli, y el ministro para la presidencia
Gianni Letta. En su discurso el Papa ha hablado del enorme escenario de la movilidad
humana, que en último siglo ha cambiado el transporte aéreo, convirtiendo “los cielos
en verdaderas autopistas y los aeropuertos en cruces de caminos privilegiados del
mundo globalizado”. “Se trata de una realidad compleja de la vida contemporánea y
de la comunicación entre las personas y los pueblos”.
Benedicto XVI ha señalado
que la del transporte aéreo, es una “tarea verdaderamente notable” con muchas facetas
como son: el control del tráfico aéreo, el cuidado de la eficiencia del sistema, la
seguridad de los vuelos, la tutela de los derechos, la cualidad de los servicios,
la justa competitividad en el respeto del ambiente. Sin embargo, el Papa ha recordado
que en cualquier tipo de proyecto el primer capital que hay que salvaguardar es el
de “la persona en su integridad, que debe constituir siempre el fin y no el medio”.
Y eso a pesar “del complejo y difícil contexto actual, donde la crisis económica está
provocando problemas en el sector de la aviación civil, y de la amenaza constante
del terrorismo internacional”.
También en esta situación no hay que perder
nunca de vista que el respeto del primado de la persona y la atención a sus necesidades,
no hacen menos eficaz el servicio, ni tampoco penalizan la gestión económica, sino,
que al contrario, representan importantes garantías de verdadera eficiencia y de auténtica
calidad.
El Pontífice ha observado asimismo que los aeropuertos se han convertido
en verdaderas plazas globales, donde se encuentran personas de todas las nacionalidades,
culturas y religiones.
En estos años, asimismo, el aeropuerto se ha convertido
en lugar donde los migrantes y prófugos viven historias de esperanza y de temores
para su futuro. Además crece también la presencia de niños y ancianos, minusválidos
y enfermos, necesitados de curas y atenciones. En los últimos decenios, también para
el Sucesor de Pedro, el avión se ha convertido en un insustituible instrumento de
evangelización. De este precioso servicio os doy las gracias a todos.
El Papa
ha recordado finalmente que la Iglesia reserva para el mundo de la Aviación civil
una particular cuidado pastoral. Entre otras exigencias la Comunidad cristiana responde
con el servicio de las capillas y de los capellanes de la pastoral en los aeropuertos.
Esta
presencia recuerda que cada persona tiene una dimensión trascendente, espiritual,
y ayuda a reconocerse en una sola familia, compuesta de sujetos, que no están simplemente
uno al lado del otro, sino que, poniéndose en relación con los otros y con Dios, realizan
una solidaridad fraterna fundada en la justicia y en la paz.