Sábado, 13 feb (RV).- “Sufrimiento y milagros”. Éste es el título del Editorial “Octava
Dies” del Centro Televisivo Vaticano, realizado por el Padre Federico Lombardi. Nuestro
director se pregunta si el sufrimiento aceptado y ofrecido, así como la participación
sincera y gratuita, ¿no son, acaso, “milagros de amor?". Y recuerda que "quien permanece
durante mucho tiempo cerca de las personas que sufren conoce la angustia y las lágrimas,
pero también el milagro de la alegría fruto del amor".
“Precisamente
el Papa ha querido celebrar solemnemente y presidir personalmente, la Misa por la
jornada de los enfermos, y poner de manifiesto con sus palabras, cuáles son los verdaderos
milagros, es decir los signos que maravillan, porque iluminan más profundamente la
enorme realidad del sufrimiento humano”.
Tras recordar que Jesús dice a los
desconsolados discípulos de Emaús que “Cristo debía padecer y entrar así en la gloria”,
el padre Lombardi recuerda que si su sufrimiento tan grande era necesario para manifestar
el amor de Dios, podemos intuir también que el sufrimiento es el lugar donde el amor
-duramente probado- se manifiesta de la manera más intensa y más pura. Porque “en
la debilidad del enfermo grave, es cada vez más evidente que la relación de amor,
dada y recibida, es la verdadera revelación del sentido de una vida reducida a lo
esencial”, mientras “todo lo demás ya no cuenta”.
“No sabemos si se puede
imaginar un mundo sin sufrimiento. En el nuestro hay mucho, pero este sufrimiento
no está sólo en el hombre, está también en el corazón de Dios y puede manifestar el
amor. ¿Se puede comprender y vivir el sentido misterioso del sufrimiento en un mundo
sin Dios y sin la cruz de Cristo? Es inmensamente difícil, quizás imposible. Por esta
razón, el sufrimiento es parte esencial de la vida y del servicio de la Iglesia, para
salvar la esperanza del mundo”.