2010-02-13 14:21:00

Benedicto XVI recuerda a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida, que la ley natural reafirmada por la Iglesia, es una barrera a legislaciones lesivas de la vida


Sábado, 13 feb (RV).- En ocasión de la Asamblea general de la Pontificia Academia para la Vida, que reflexiona sobre la relación entre bioética y ley moral natural, Benedicto XVI ha recordado en un discurso pronunciado esta mañana ante los miembros de esta Academia, que la vida del hombre tiene dignidad propia.

RealAudioMP3 “De hecho, desde el primer instante, la vida del hombre se caracteriza por ser vida humana, y por este motivo posee siempre, en todo lugar, y a pesar de todo, dignidad propia. De otro modo estaríamos siempre ante la presencia del peligro de un uso instrumental de la ciencia, con la inevitable consecuencia de caer fácilmente en el arbitrio, en la discriminación, y en el interés económico del más fuerte”.

La defensa de la dignidad de la persona ha sido el tema central del discurso del Papa, evidenciando la necesidad de un proyecto pedagógico integral que permita afrontar las temáticas relacionadas con la bioética en una visión positiva, equilibrada y constructiva, sobre todo en la relación entre fe y razón.

RealAudioMP3 “Precisamente el reconocimiento de la dignidad humana, en cuanto derecho inalienable, encuentra su primer fundamento en esa ley no escrita por el hombre, sino inscrita por Dios Creador en el corazón del hombre que todo ordenamiento jurídico está llamado a reconocer como inviolable, y toda persona está llamada a respetar y promover”.

En este sentido el Santo Padre ha señalado la necesidad de repetir con firmeza, que “no existe una comprensión de la dignidad humana ligada sólo a elementos externos como el progreso de la ciencia, la gradualidad en la formación de la vida humana, o la piedad fácil ante situaciones límites”. Por todo ello Benedicto XVI ha exhortado a que “cuando se invoque el respeto por la dignidad de la persona, es fundamental que éste sea pleno”.

Benedicto XVI ha reconocido después las contradicciones en este campo en el contexto actual, que podrían desembocar en una deriva relativista, como lo demuestra la historia. De ahí que la ley moral natural permita eliminar este peligro y sobre todo, “ofrecer a los legisladores la garantía de un auténtico respeto de la persona.”

Por último el Pontífice ha recordado a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida, su papel fundamental en el mundo actual: RealAudioMP3 “Ilustres miembros de la Pontificia Academia para la Vida, en el contexto actual vuestro compromiso se vuelve siempre más delicado y difícil, pero la creciente sensibilidad en relación a la vida humana, anima a proseguir siempre con mayor ímpetu y valentía, en este importante servicio a la vida y a la educación en los valores evangélicos de las futuras generaciones”.








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