Santa Sede llama a una sana reconstrucción en Haití
Jueves, 28 ene (RV).- La Delegación de la Santa Sede expresó su condolencias a todas
las víctimas del reciente terremoto, al Gobierno y al pueblo de Haití, durante la
Sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos, reunido en Ginebra, este jueves,
en apoyo al proceso de recuperación en Haití, país “sacudido por las decenas de miles
de muertos, millones de personas que se quedaron sin hogar y por la destrucción de
Puerto Príncipe y otras aldeas en la isla”.
En su intervención, Monseñor Silvano
Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otros organismos
internacionales con sede en Ginebra, recordó que la iglesia de esa nación de mayoría
católica también ha sufrido un duro y doloroso golpe, por la muerte de muchos de sus
miembros. “Escuelas, hospitales y clínicas a cargo de la Iglesia – explicó el prelado
vaticano- se han destruido. Un gran número de trabajadores sociales y pastorales,
varios de ellos extranjeros, han muerto bajo los escombros de una ciudad mientras
servían juntos al pueblo haitiano”.
El representante de la Santa Sede enfatizó
que tal emergencia muestra más claramente la necesidad y el valor de respeto de los
derechos humanos. “En el caso de Haití- puntualizó monseñor Tomasi-, el derecho a
la vida, la alimentación, agua, salud, desarrollo, una esperanza de vida adecuada,
el derecho al trabajo decente, entre otros, ya estaban en gran medida ausentes”. Por
ello, exhortó a que esta reciente tragedia sea una llamada a la solidaridad de la
comunidad internacional para responder inmediatamente a estos requisitos de la población
haitiana y para colocar estos derechos humanos en la base de un saludable plan de
reconstrucción.
El prelado vaticano afirmó que la Iglesia Católica no dejará
de actuar a través de sus instituciones de caridad con el fin de satisfacer las necesidades
más urgentes de la gente. Muchas ONG católicas – añadió- han puesto en marcha la reconstrucción
programas. Por ejemplo, Caritas International ha recibido 33 millones de dólares,
mientras que la Catholic Relief Services (CRS), organismo de ayuda humanitaria de
la Iglesia católica de Estados Unidos, cuenta ya con 25 millones de dólares de ayuda
para Haití.
No obstante, Monseñor Tomasi enfatizó que la bien intencionada
y generosa asistencia internacional proporcionada a Haití, debe ser aplicada bajo
un principio de subsidiariedad, es decir, debe ofrecer al pueblo haitiano la capacidad
para reconstruir sus infraestructuras necesarias y asumir su responsabilidad política
y social en su justa aspiración a una vida de libertad y dignidad.