Audiencia general: Benedicto XVI dedica la catequesis a san Francisco de Asís y recuerda
que el desarrolló sólo será sostenible si respeta la creación y no daña el ambiente
Miércoles, 27 enen (RV).- Benedicto XVI ha dedicado la catequesis de la Audiencia
General de hoy a la figura de “un gigante de la santidad”, como el mismo ha dicho:
san Francisco de Asís. Un santo de la Iglesia que “atrae todavía hoy a una gran multitud
de personas de todas las edades y de todas las creencias”. Un hombre alegre, sencillo
y humilde, enamorado de Cristo, cuyo estilo es seguido por un número infinito de partidarios.
Con su muerte no desaparece “ese sentimiento de hermandad universal” expresado por
Francisco en su ‘Cántico de las criaturas” y que para la humanidad de hoy, ha afirmado
Benedicto XVI, permanece un mensaje muy actual.
“Como recordaba en mi reciente
encíclica Caritas in veritate, sólo es sostenible un desarrollo que respete la creación
y no dañe el ambiente, y en el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año
he subrayado que también la construcción de una paz sólida está unida al respeto del
medio ambiente”
El Papa en el aula Pablo VI dirigiéndose a miles de fieles
llegados en peregrinación de todo el mundo ha explicado que la transformación que
sufrió el pobrecito de Asís fue una “elección radical de vida” que se produjo después
de comprender las palabras del Crucificado que le dijo por tres veces: “Francisco
ve, y restaura mi Iglesia en ruinas”.
Francisco lo dejó todo y se consagró
a Dios en la pobreza, anunciando el Evangelio. “Su intuición y su ideal eran los de
ser como Jesús, contemplarlo, amarlo intensamente, imitándolo y adorándolo”. “San
Francisco -ha recordado el Santo Padre- tenía un inmenso respeto por los sacerdotes,
que han recibido el don de consagrar la Eucaristía. El santo de Asís exigía de ellos
una gran pureza. Que el mensaje y las exigencias de san Francisco, ha señalado el
Papa, en este año sacerdotal ayuden a los numerosos sacerdotes a vivir su vocación.
También
ha evocado el Pontífice el encuentro de san Francisco de Asís con un sultán, lo que
dio origen en 1219 a la apertura del diálogo eficaz entre cristianos y musulmanes.
Cantor y poeta de la creación, pues vivía en total armonía con la naturaleza, el mensaje
de fraternidad universal y de amor por la creación de su célebre Cántico, continúa
siendo muy actual, ha señalado el Papa.
El Pontífice ha invitado a que cultivemos
todos también el camino de la pobreza interior “para crecer en la confianza de Dios
y encontrar un estilo de vida que concuerde con la naturaleza” y esté despegado de
los bienes materiales de la tierra. “El Pobrecito de Asís siempre estaba dichoso,
en cualquier situación: de hecho -ha dicho Benedicto XVI- existe una relación directa
entre la santidad y la alegría. El secreto de la verdadera felicidad está allí: llegar
a ser santo”.
Oigamos a continuación a Benedicto XVI en el resumen de su catequesis
que ha hecho en español para los fieles de nuestra lengua presentes en el Aula Pablo
VI del Vaticano.
Queridos
hermanos y hermanas: Hoy quisiera presentaros la figura de
San Francisco de Asís, de familia rica y juventud azarosa. Sin embargo, joven aún,
inició un proceso de conversión que le llevó a una vida de santidad que, después de
ochocientos años, sigue fascinando a tanta gente de toda edad y de diferentes credos
religiosos. Su ideal era ser como Jesús, contemplarlo en el Evangelio, amarlo e imitar
sus virtudes. En especial la pobreza interior y exterior, según la Bienaventuranza
evangélica. Como del amor a Cristo nace el amor universal, Francisco progresó de manera
eminente en el sentido de fraternidad con todos y de amor a las criaturas, que nos
hablan de la bondad de Dios, y a través de las cuales podemos en cierto modo hablar
con Él. Este mensaje de Francisco es hoy muy actual ante los problemas del respeto
por el medio ambiente. Muy amante de la Eucaristía, recordó a los sacerdotes la necesidad
de vivir santamente, en coherencia con el Misterio que celebran, y exhortó a todos
a respetar a los sacerdotes. Muchos se unieron a Francisco en sus ideales y forma
de vida, y él puso este carisma al servicio de la Iglesia, que el Papa aprobó en mil
doscientos nueve, y que ha dado abundantes frutos de santidad y de servicio a la Iglesia
y a la paz. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua
española, venidos de España, México y otros países latinoamericanos. Que el ejemplo
de San Francisco aumente la confianza en Dios y fomente un estilo de vida sobrio,
sin apego a los bienes materiales. Muchas gracias. Como siempre
antes de terminar la Audiencia General, el pensamiento del Papa se ha dirigido a los
jóvenes, a los enfermos y a los recién casados a quienes ha deseado a cada uno en
su condición que contribuya con generosidad a difundir la alegría de amar y servir
a Jesucristo.