Para alcanzar la plena unidad de los cristianos Benedicto XVI exhorta a ofrecer un
testimonio común frente a retos como la defensa de la Creación y la derrota de las
injusticias del mundo
Lunes, 25 ene (RV).- Con la celebración de las Vísperas en san Pablo Extramuros ha
concluido esta tarde la semana de oración para la unidad de los cristianos. Benedicto
XVI ha resaltado en su homilía la necesidad de que los discípulos de Cristo se presenten
unidos en este mundo “marcado por la indiferencia religiosa e incluso por una creciente
aversión hacia la fe cristiana”. Para el Santo Padre “es necesaria una nueva e intensa
actividad evangelizadora no sólo entre los pueblos que nunca han conocido el Evangelio,
sino también entre los que el Cristianismo se ha difundido y forma parte de su historia”.
Lamentando
las cuestiones que todavía separan a los cristianos, el Papa ha asegurado que, a pesar
de ello, existe un contenido central del mensaje de Cristo que puede anunciarse unidos,
como la paternidad de Dios, la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte
o la confianza en la acción transformadora del Espíritu.
En el camino hacia
la plena unidad Benedicto XVI ha subrayado el deber de ofrecer un testimonio común
frente a los retos cada vez más complejos de nuestro tiempo, “como la secularización
y la indiferencia, el relativismo y el hedonismo, los delicados temas éticos relacionados
con el principio y el final de la vida, los límites de la ciencia y de la tecnología,
el diálogo con las demás tradiciones religiosas”. En esta lista de retos el Papa ha
incluido además otros campos, frente a los cuales ha exhortado a dar desde ahora un
testimonio común, como la salvaguardia de la Creación, la promoción del bien común
y la paz, la defensa de la centralidad del ser humano, el compromiso por derrotar
las miserias de nuestros días como el hambre, la indigencia, el analfabetismo y la
injusta distribución de los bienes.
La elección del tema de la Semana de oración
para la unidad de los cristianos de este año, como ha recordado el Papa, está conectada
con el recuerdo del centenario de la Conferencia misionera de Edimburgo, en Escocia,
considerada por muchos como el acontecimiento determinante del nacimiento del movimiento
ecuménico moderno.
El verano de 1910, en la capital escocesa se reunieron más
de mil misioneros, pertenecientes a distintas ramas del Protestantismo y del Anglicanismo,
y a quienes se adhirió un invitado ortodoxo, para reflexionar sobre la necesidad de
alcanzar la unidad para anunciar con credibilidad el Evangelio de Jesús. “De hecho,
ha resaltado Benedicto XVI en este contexto, es el deseo de anunciar Cristo al prójimo
y de llevar al mundo su mensaje de reconciliación, lo que hace experimentar la contradicción
de la división de los cristianos”.
Porque “¿cómo podrán los incrédulos acoger
el anuncio del Evangelio si los cristianos no se ponen de acuerdo?”, se ha preguntado
el Papa. “La comunión y la unidad de los discípulos de Cristo –ha respondido- es una
condición particularmente importante para una mayor credibilidad y eficacia de su
testimonio”.