Ángelus: Benedicto XVI recuerda la beatificación en Mataró, del sacerdote y mártir
catalán Joseph Samsó i Elías, “un verdadero testimonio de Cristo que murió perdonado
a sus perseguidores”
Domingo, 24 ene (RV).- El Papa ha recordado la beatificación ayer en Mataró, del sacerdote
y mártir catalán Joseph Samsó i Elías, asesinado durante la guerra civil española,
“un verdadero testimonio de Cristo que murió perdonado a sus perseguidores”. La semana
de oración para la unidad de los cristianos y la memoria litúrgica de san Francisco
de Sales, patrono de los periodistas y de la prensa católica, que celebramos hoy,
han sido otros temas de la alocución previa del Ángelus este mediodía en san Pedro.
Después
del rezo del Ángelus, el Papa ha recordado que ayer, en Mataró, en la provincia de
Barcelona, en el curso de una ceremonia presidida por el cardenal arzobispo de Barcelona,
Lluís Martínez Sistach, en la Basílica de Santa Maria de Mataró, fue proclamado beato
el sacerdote y mártir catalán Joseph Samsó i Elías, asesinado durante la guerra civil
española en el año 1936.
Se trata de “un verdadero testimonio de Cristo -ha
dicho el Pontífice- que murió perdonado a sus perseguidores. Para los sacerdotes y
especialmente los párrocos, Joseph Samsó constituye un modelo de dedicación a la catequesis
y a la caridad hacia los pobres. Estas han sido las palabras del Papa en español.
Saludo
con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana,
en particular a los grupos de las parroquias de San Lorenzo, de Burgos, San Juan,
de Barbalos, y San Martín, de Valladolid. Deseo recordar que se celebró ayer en Mataró
la beatificación del Siervo de Dios Josep Samsó i Elias, sacerdote que destacó por
su caridad y su celo apostólico. En su martirio, entregó generosamente su vida al
Señor entre palabras y gestos de perdón y misericordia. Que en este Año Sacerdotal,
su ejemplo sirva de estímulo a los presbíteros en el solícito ejercicio de su ministerio
pastoral y anime a los fieles a dar en todo momento un testimonio valiente y convencido
de su fe.
El Papa en catalán también ha pedido para los fieles la bendición
y la protección del nuevo beato.
Que el
nou Beat Josep Samsò i Elias us beneeixi i us protegeixi. Feliç diumenge. Muchas gracias
y feliz domingo.
Efectivamente, ayer, más de 1.500 personas asistieron
a la beatificación del sacerdote Josep Samsó en la Basílica de Santa Maria de Mataró.
Fue la primera ceremonia de beatificación que se realiza en Cataluña. El cardenal
arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, en su homilía agradeció al Papa Benedicto
XVI que hubiera acogido "su petición de poder celebrar esta beatificación en el marco
del milenario de la parroquia de Santa Maria".
"La Iglesia siempre ha encontrado
en los mártires una semilla. Al venerar hoy a este nuevo beato mártir de la Iglesia
se nos hace presente el recuerdo de la Iglesia del segundo milenio que ha vuelto a
ser Iglesia de mártires", afirmó el cardenal Martínez Sistach. El arzobispo Angelo
Amato, prefecto de la congregación para la causa de los santos y enviado pontificio,
leyó el decreto de beatificación. En la ceremonia asistieron una veintena de obispos
y unos 400 sacerdotes.
Josep Samsó i Elias, sacerdote diocesano y arcipreste
de la Basílica de Santa Maria, fue encarcelado y ejecutado el 1 de septiembre de 1936
durante la persecución religiosa que tuvo lugar durante la Guerra Civil. Nacido en
1887 en Catellbisbal, Samsó pidió antes de ser ejecutado en el cementerio de Mataró
que lo desataran y quiso abrazar a los que iban a matarlo, les dijo que les perdonaba
y que quería morir sin los ojos vendados mirando la ciudad.
Y antes del rezo
mariano, Benedicto XVI ha recordado el texto paulino de la primera carta a los Corintios
para resaltar cómo el apóstol compara la Iglesia con el cuerpo humano: “Es un hecho
que el cuerpo, siendo uno, tiene muchos miembros, pero los miembros, aun siendo muchos,
forman entre todos un solo cuerpo. Pues también el Mesías es así, porque también a
todos nosotros, ya seamos judíos o griegos, esclavos o libres, nos bautizaron con
el único Espíritu para formar un solo cuerpo”.
“No obstante, lo que al apóstol
le urge comunicar es la idea de la unidad de la multiplicidad de los carismas, que
son los dones del Espíritu Santo. Gracias a ellos, la Iglesia se presenta como un
organismo rico y vital, no uniforme, fruto del único Espíritu que conduce a todos
a una profunda unidad, asumiendo las diferencias sin anularlas y conformando un conjunto
armónico”.
En este contexto unitario, el Santo Padre ha recordado la Semana
de Oración para la Unidad de los Cristianos que estamos celebrando y que concluirá
mañana, fiesta de la Conversión de san Pablo, con las vísperas que él mismo celebrará
en la Basílica de san Pablo Extramuros y en la que participaran los representantes
de otras iglesias y comunidades eclesiales presentes en Roma.
"Invocaremos
de Dios el don de la plena unidad de todos los discípulos de Cristo y, en particular,
según el tema de este año, renovaremos el compromiso de ser juntos testigos del Señor
crucificado y resucitado".
Finalmente el Papa ha recordado a san Francisco
de Sales, figura cuya memoria litúrgica recuerda hoy la Iglesia. Nacido en Saboya,
en 1567, estudió derecho en Padua y París, y llamado por el Señor se convirtió en
un sacerdote.
"Se dedicó con gran fruto a la predicación y a la formación
espiritual de los fieles, enseñando que la llamada a la santidad es para todos y,
que como dice san Pablo hablando de la comparación con el cuerpo, cada uno tiene su
puesto en la Iglesia".
Benedicto XVI, que ha recordado que san Francisco de
Sales es patrono de los periodistas y de la prensa católica, ha confiado a su asistencia
espiritual el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que
firma cada año en esta ocasión y que precisamente ayer fue presentado en el Vaticano.