Fallece en Roma el jesuita Antoni Mruk, último confesor de Juan Pablo II
Lunes, 21 dic (RV).- Ayer murió en Roma, el padre Antoni Mruk, jesuita polaco, último
confesor de Juan Pablo II, profesor emérito de la Pontificia Universidad Gregoriana.
Había nacido, el 21 de noviembre de 1914. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1930,
cumplió sus estudios de filosofía, matemática y física en Cracovia.
Al comienzo
de la segunda guerra mundial, el 10 de diciembre de 1939, junto con un grupo de jesuitas
fue arrestado por los alemanes y detenido en las cárceles de Cracovia y Wsnicz y luego
en los campos de exterminio de Auschwitz y Dachau, donde fue compañero de prisión
del futuro cardenal, Adam Kozlowiecki, entre otros.
Tras ser liberado, el padre
Mruk se trasladó a Roma, donde estudió Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana,
doctorándose en Teología Moral. En 1947 recibió la ordenación sacerdotal. En los años
de 1965 a 1975, fue asistente del general de la Compañía de Jesús para la asistencia
eslava, en la Curia generalicia de los jesuitas.
Desarrolló también el cargo
de superior mayor de los jesuitas polacos en el exterior y de consultor de varios
dicasterios romanos. El padre Mruk conocía muy bien al venerable Karol Wojtyla, que
había encontrado en Roma en 1946. Por solicitud de Juan Pablo II fue nombrado postulador
en el proceso de beatificación y canonización de santa Faustina Kowlaska.