El árbol de Navidad en plaza de San Pedro, tradición de Juan Pablo II
Viernes, 18 dic (RV).- El árbol de Navidad colocado en el centro de la plaza de San
Pedro del Vaticano junto al Pesebre, se enciende hoy por la tarde en un acto -muy
esperado sobre todos por los niños-, con el que se mantiene la tradición iniciada
por Juan Pablo II, cuando en 1982 bendijo el primer árbol de Navidad. La proveniencia
de los árboles ha sido de diferentes lugares del mundo, donados al Vaticano.
Este
año el abeto natalicio proviene de la región belga de Vallonia, en concreto, de la
ciudad termal de Spa. El abeto rojo de 90 años de edad, mide treinta metros de alto,
y tiene un diámetro de siete metros. La planta llegó el 4 de diciembre a Roma, y al
finalizar el periodo natalicio vendrá reciclada completamente, destinando la madera
a una fábrica de esculturas, que las venderá en beneficencia. Además de este imponente
árbol, el Santo Padre ha recibido como regalo unos cuarenta abetos pequeños para la
decoración navideña de los apartamentos del Santo Padre, de la Sala Clementina, y
de las oficinas de la Curia.
Han pasado más de dos décadas desde que
Juan Pablo II diera inicio a la tradicional bendición del abeto de Navidad que año
tras año ha sido donado por distintos países. Por ejemplo en 1996 el abeto fue regalado
por Eslovenia a Juan Pablo II, quien agradeció el don, a través de un mensaje, a los
casi tres mil peregrinos que llegaron a la plaza de san Pedro en aquella ocasión.
Un año después, en 1997, Juan Pablo II contó con un altísimo ejemplar proveniente
de una zona por él bien conocida, Zakopane, localidad donde Karol Wojtyla iba a esquiar
cuando era joven y que había visitado el mes de julio de ese año durante su visita
a Polonia. En 1998 fue Alemania la encargada, una vez más ya que desde 1982 había
regalado otros dos ejemplares, de trasportar el abeto hasta la plaza de san Pedro,
un traslado que se prolongó durante cuatro días. En aquella ocasión Juan Pablo II
señaló en su discurso de agradecimiento cómo, viendo desde la ventana de su despacho
el árbol, éste le había suscitado reflexiones espirituales.
Y siguiendo nuestro
recorrido por los árboles que han adornado la plaza de san Pedro a lo largo de la
historia, llegamos a 1999. En dicha ocasión el abeto fue regalado por la República
Checa. Después le tocó el turno a Austria, Rumania, Croacia e Italia.
En
2005, por primera vez Papa Benedicto XVI recibía el abeto de Navidad. El Pontífice
aprovechó la ocasión para desear a todo el mundo “de corazón” que “viváis con serenidad
la Navidad del Señor”. En los años sucesivos los abetos que han sido regalados al
Santo Padre provenían de Italia (Calabria y Alto Adige). Más allá de la proveniencia
de estos árboles, es importante destacar lo que Benedicto XVI recordaba: “el abeto,
es símbolo significativo del Nacimiento de Cristo, porque con sus hojas siempre verdes
recuerda la vida que no muere”. Desde el programa español de Radio Vaticano les deseamos
que el árbol colocado en cada casa evoque precisamente este significado.