El árbol de Navidad en plaza de San Pedro, tradición de Juan Pablo II
Jueves, 17 dic (RV).- El Árbol de Navidad
colocado en el centro de la plaza de San Pedro del Vaticano junto al Pesebre, se encenderá
mañana por la tarde en un acto -muy esperado sobre todos por los niños-, con el que
se mantiene la tradición iniciada por Juan Pablo II, cuando en 1982 bendijo el primer
árbol de Navidad. La proveniencia de los árboles ha sido de diferentes lugares del
mundo, donados al Vaticano.
Este año el abeto natalicio proviene de
la región belga de Vallonia, en concreto, de la ciudad termal de Spa. El abeto rojo
de 90 años de edad, mide treinta metros de alto, y tiene un diámetro de siete metros.
La planta llegó el 4 de diciembre a Roma, y al finalizar el periodo natalicio vendrá
reciclada completamente, destinando la madera a una fábrica de esculturas, que las
venderá en beneficencia. Además de este imponente árbol, el Santo Padre ha recibido
como regalo unos cuarenta abetos pequeños para la decoración navideña de los apartamentos
del Santo Padre, de la Sala Clementina, y de las oficinas de la Curia.
Han
pasado más de dos décadas desde que Juan Pablo II diera inicio a la tradicional bendición
del abeto de Navidad que año tras año ha sido donado por distintos países. Por ejemplo
en 1996 el abeto fue regalado por Eslovenia a Juan Pablo II, quien agradeció el don,
a través de un mensaje, a los casi tres mil peregrinos que llegaron a la plaza de
san Pedro en aquella ocasión. Un año después, en 1997, Juan Pablo II contó con un
altísimo ejemplar proveniente de una zona por él bien conocida, Zakopane, localidad
donde Karol Wojtyla iba a esquiar cuando era joven y que había visitado el mes de
julio de ese año durante su visita a Polonia. En 1998 fue Alemania la encargada, una
vez más ya que desde 1982 había regalado otros dos ejemplares, de trasportar el abeto
hasta la plaza de san Pedro, un traslado que se prolongó durante cuatro días. En aquella
ocasión Juan Pablo II señaló en su discurso de agradecimiento cómo, viendo desde la
ventana de su despacho el árbol, éste le había suscitado reflexiones espirituales.
Y siguiendo nuestro recorrido por los árboles que han adornado la plaza de
san Pedro a lo largo de la historia, llegamos a 1999. En dicha ocasión el abeto fue
regalado por la República Checa. Después le tocó el turno a Austria, Rumania, Croacia
e Italia.
En 2005, por primera vez Papa Benedicto XVI recibía el abeto de Navidad.
El Pontífice aprovechó la ocasión para desear a todo el mundo “de corazón” que “viváis
con serenidad la Navidad del Señor”. En los años sucesivos los abetos que han sido
regalados al Santo Padre provenían de Italia (Calabria y Alto Adige). Más allá de
la proveniencia de estos árboles, es importante destacar lo que Benedicto XVI recordaba:
“el abeto, es símbolo significativo del Nacimiento de Cristo, porque con sus hojas
siempre verdes recuerda la vida que no muere”. Desde el programa español de Radio
Vaticano les deseamos que el árbol colocado en cada casa evoque precisamente este
significado.