Editorial ‘Octava dies’: “Realismo de la Esperanza”
Sábado, 12 dic (RV).- Entre las numerosas audiencias que el Papa concedió últimamente
a Jefes de Estado o de Gobierno, o a representantes diplomáticos de diversas partes
del mundo, el padre Federico Lombardi destaca tres, en su editorial del semanario
Octava Dies del Centro Televisivo Vaticano, que titula “Realismo de la Esperanza”.
En él se refiere a los encuentros que Benedicto XVI mantuvo con el nuevo embajador
cubano, el presidente ruso y el presidente de Vietnam:
“Al recibir al nuevo
embajador de Cuba ante la Santa Sede, el Papa ha observado que, a pesar de las dificultades
de los decenios transcurridos en las relaciones con la Santa Sede y, sobre todo, de
las limitaciones puestas a la actividad de la Iglesia, las relaciones diplomática
no se han interrumpido jamás y se aprecia la mejoría.
El encuentro del Papa
con el presidente ruso Medvedev ha sido ocasión para el anuncio del establecimiento
de relaciones diplomáticas con la Federación Rusa, concluyendo la fase de veinte años
de acercamiento con relaciones oficiales pero aún no plenas. Lo que es un significativo
paso hacia adelante. La situación de la hostilidad pasada del régimen comunista soviético
hoy es un recuerdo.
En fin, la audiencia al presidente de Vietnam se debe considerar
como una etapa ulterior del camino deseado hacia la normalización de las relaciones
con el país asiático, donde la Iglesia católica cuenta con una comunidad numerosa
y dinámica, que festeja este 2009 un importante año jubilar, y que, a pesar de las
dificultades de los decenio transcurridos mira con confianza hacia el futuro”.
Ante
esta evidencia, nuestro director general añade, a modo de conclusión:
“La Santa
Sede sigue, con paciencia y clarividencia, entretejiendo su diálogo con los responsables
de las naciones, pensando en el bien de la Iglesia en sus países y en la perspectiva
de la comprensión y de la paz entre todos los pueblos. Su diplomacia no está guiada
por la debilidad o el espíritu del compromiso. Se trata, como ha sido ya dicho muy
bien en el pasado, del “realismo de la esperanza”.