Benedicto XVI reitera la urgencia del testimonio común de los cristianos al servicio
de la humanidad, la justicia y la paz
Lunes, 30 nov (RV).- Ante los crecientes desafíos que afronta la cristiandad, Benedicto
XVI reitera la urgencia del testimonio común de los cristianos al servicio de la humanidad,
la justicia y la paz. Cordial y fraterno Mensaje del Obispo de Roma - al servicio
de la unidad, en la verdad y en la caridad - a Bartolomé I, con motivo de la fiesta
de San Andrés, Patrono del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
Expresando
sus fraternas felicitaciones con motivo de la fiesta de San Andrés, hermano de San
Pedro, y patrono del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, Benedicto XVI ha enviado
un Mensaje al Patriarca Bartolomé I.
Mensaje que ha llevado a Estambul
el presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, cardenal Walter
Kasper, que encabeza la delegación pontificia que participa en las celebraciones dedicadas
a San Andrés. Tradición que se renueva también este año, así como el Patriarca de
Constantinopla envía a una delegación a Roma, asimismo todos los años, con motivo
de la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Extendiendo sus
mejores deseos al Santo Sínodo, al clero y a todos los fieles, que reciben el cuidado
pastoral que el arzobispo de Constantinopla y Patriarca Ecuménico desarrolla, aún
en circunstancias difíciles, testimoniando el Evangelio de Jesucristo, Benedicto XVI
hace hincapié en esta importante conmemoración del apóstol Andrés, que culminó su
vida con el martirio, testimoniando al Señor.
«La memoria de los santos
mártires nos impulsa a todos los cristianos a dar testimonio de nuestra fe ante el
mundo», reitera el Obispo de Roma, poniendo de relieve que «hay una urgencia particular
en este llamado, en especial en nuestros días, en los que la Cristiandad afronta crecientes
y complejos desafíos».
«El testimonio de los cristianos será más creíble
si todos los creyentes en Cristo se aúnan en ‘un solo corazón y una sola alma’» (Hch
4, 32). Y «mientras avanzamos en nuestro camino hacia la anhelada comunión plena
– subraya Benedicto XVI - debemos ofrecer también nuestro testimonio común, trabajando
juntos al servicio de la humanidad. Es especial, en defensa de la dignidad de la persona
humana, afirmando los valores éticos fundamentales, promoviendo la justicia y la
paz y respondiendo al sufrimiento que sigue afligiendo a nuestro mundo. En particular
el hambre, la pobreza, el analfabetismo y la distribución no equitativa de los recursos».
Y
recordando que la Iglesia Católica y el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla coinciden
también en el anhelo de «trabajar juntos en impulsar una mayor atención sobre la responsabilidad
de la humanidad en lo que respecta a la creación», Benedicto XVI expresa nuevamente
su profundo aprecio por las numerosas y valiosas iniciativas emprendidas en este sentido
por el Patriarca Bartolomé I. Como el reciente encuentro internacional sobre Religión,
Ciencia y Desarrollo.
En el importante camino ecuménico, destacando «el
sincero compromiso de nuestras Iglesias a lo largo de las últimas décadas, con el
anhelo de alcanzar la comunión plena y – que, a pesar de que no se haya logrado esta
meta – se han cumplido importantes pasos para intensificar los lazos que nos unen,
reconociéndonos como hermanos en Cristo», Benedicto XVI renueva su agradecimiento
a la Iglesia de Chipre, por la generosa acogida que brindó el mes pasado, a los participantes
en los trabajos de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico.
Refiriéndose
al tema tratado en esa sesión plenaria, es decir, ‘El papel del Obispo de Roma en la
Comunión de la Iglesia en el I Milenio’, el Papa señala que «es ciertamente complejo
y que requerirá un profundo estudio y amplio diálogo, si queremos aspirar a una integración
compartida de las tradiciones de Oriente y Occidente».
Tras recordar que
«la Iglesia católica entiende el ministerio petrino como don del Señor a su Iglesia»
y que este ministerio «no se debe interpretar enfocándolo en la perspectiva de poder,
sino en el marco de una eclesiología de comunión, como servicio a la unidad en la
verdad y la caridad», el Santo Padre señala, una vez más, que «el Obispo de la Iglesia
de Roma, que preside en la caridad - como afirmaba San Ignacio de Antioquía – es,
con palabras de San Gregorio Magno, Siervo de los Siervos de Dios
En este
contexto, citando lo que escribió su venerado predecesor el Siervo de Dios Juan Pablo
II, Benedicto XVI recuerda lo que él mismo reiteró cuando visitó el Fanar, en noviembre
de 2006, invitando a «pedir a Dios que nos bendiga, con el anhelo de que el Espíritu
Santo nos guíe en estos difíciles pero prometedores pasos», que estamos cumpliendo.