Benedicto XVI alienta a la Iglesia en Vietnam a anunciar a Cristo, impulsar la reconciliación
y construir una sociedad justa, solidaria y equitativa
Jueves, 26 nov (RV).- Hoy se hizo público el mensaje de Benedicto XVI a Mons. Pierre
Nguyen-Van-Nhon, obispo de Dalat y presidente de la Conferencia episcopal de Vietnam
con motivo del 350° aniversario de la creación de los Vicariatos Apostólicos de Tonkin
y de la Cochinchina y del 50° aniversario del establecimiento de la jerarquía católica
en Vietnam.
Con su «cariño paternal para con todos los fieles vietnamitas»,
que están presentes en su «recuerdo y oraciones de cada día», el Papa alienta a la
Iglesia en Vietnam a ser anunciadores y testigos de Cristo para impulsar la reconciliación
y construir una sociedad justa, solidaria y equitativa. Uniéndose de todo corazón
a la alegría y a la acción de gracias de los obispos vietnamitas, el Santo Padre destaca
la coincidencia del comienzo de estas celebraciones - el pasado 24 de noviembre -
con la conmemoración litúrgica de los 117 santos mártires de Vietnam, «cuyo noble
testimonio ayudará al pueblo de Dios en esta nación a impulsar su caridad, a acrecentar
su esperanza y a consolidar su fe, algunas veces puesta a prueba».
Entre estos
mártires de Vietnam se destaca la figura singular de Andrés Dung-Lac, «cuyas virtudes
sacerdotales son un modelo luminoso», señala Benedicto XVI, con el anhelo de que,
en particular en este Año Sacerdotal, el ejemplo de este santo vietnamita y de sus
compañeros impulse «una energía espiritual renovada» en los presbíteros, seminaristas
y religiosos, «que los ayudará a vivir fielmente su vocación, en comunión fraterna,
en la digna celebración de los Sacramentos de la Iglesia y en un apostolado dinámico
e intenso».
Poniendo de relieve el lugar elegido para esta gran celebración,
es decir So-Kien, en la Archidiócesis de Hanoi, el Papa recuerda que fue la primera
Vicaría Apostólica de Vietnam y que guarda aún los gloriosos vestigios y las nobles
reliquias de sus santos mártires.
«Que este lugar tan entrañable para vosotros,
pueda promover una evangelización profundizada que lleve a toda la sociedad vietnamita
los valores evangélicos de la caridad, de la verdad, de la justicia y de la rectitud»,
desea vivamente el Santo Padre, reiterando que «estos valores, vividos en el seguimiento
de Cristo adquieren una dimensión nueva que supera su sentido moral tradicional, pues
afianzan en Dios que desea el bien de todos los hombres y que quiere que sean felices».
Haciendo hincapié en que «el Año Jubilar es un tiempo de gracia propicio para
la reconciliación con Dios y con el prójimo», Benedicto XVI recuerda la importancia
de «reconocer las faltas del pasado y del presente cometidas contra los hermanos compatriotas
y de pedir perdón. Y, al mismo tiempo, la necesidad de profundizar y enriquecer con
firmeza «la comunión eclesial y de construir una sociedad justa, solidaria y equitativa,
por medio del diálogo auténtico, el respeto muto y la sana colaboración».
Además,
«el Jubileo es también un tiempo especial para renovar el anuncio del Evangelio y
para ser cada vez más una Iglesia que es comunión y misión», señala asimismo el Papa,
manifestando su alegría por la novena de oración con la que la Iglesia en Vietnam
se ha venido preparando para que esta celebración jubilar, recibiendo la gracia de
Dios, a fin de que contribuya «al progreso espiritual de todos los fieles y consolide
la misión de la Iglesia».
El Santo Padre encomienda a todos los cristianos
de Vietnam al amparo y ternura maternal de Nuestra Señora de La Vang. Precisamente
en el Santuario mariano dedicado a la Virgen con esta advocación, en la Archidiócesis
vietnamita de Hué, tendrá lugar la clausura de estas celebraciones jubilares.