Aniversario en la basílica de San Francisco de Asís: la realeza de Cristo invita al
hombre a la paz y a la fraternidad
Domingo, 22 nov (RV).- El cardenal secretario de Estado de Su Santidad Benedicto XVI
ha presidido esta mañana la Santa Misa en la espléndida Basílica Papal de San Francisco
de Asís, en el décimo aniversario de la reapertura de este Templo, tras las importantes
restauraciones que se realizaron a raíz del trágico terremoto de 1997. El cardenal
Tarcisio Bertone ha recordado que cuando se trata de “reparar la casa” de Dios no
se puede dejar de pensar, precisamente en Francisco y en la misión que recibió a los
pies del Crucifijo de san Damián.
En este día en que la liturgia nos invita
a celebrar a “Cristo Rey del Universo, Señor de la historia y de nuestros corazones”,
el Card. Bertone ha reiterado que “Cristo, el Hombre nuevo, solidario con todos sus
hermanos, eleva y perfecciona en el Misterio pascual, la actividad humana para una
mejor y más digna convivencia en la colaboración, en el compartir, en la fraternidad
y en la paz”.
“San Francisco de Asís había comprendido muy bien el misterio
de la realeza de Cristo. Aún más, se había identificado de tal forma con Él, que obtuvo
una especial participación en su vida y en su Pasión, a través de los signos que llevó
en su cuerpo, hasta el final”, ha reiterado en su homilía, el Card. Tarcisio Bertone,
poniendo de relieve que “el Seráfico Padre sigue hablando aún hoy a los hombres de
nuestro tiempo, por medio de su luminoso testimonio de fidelidad radical al Señor
de la vida, que le concedió una singular capacidad de entrar en comunión con toda
la realidad, con los hermanos, con los pobres, y con la misma naturaleza”.
“Francisco
se sentía en íntima sintonía con los más pobres. Con los cuales se confundía, porque
en su rostro, en su vida y sobre todo en su pequeñez y sufrimiento, él veía brillar
de modo perfecto el rostro de Cristo, el hombre de los dolores que comprende muy bien
el padecer de toda criatura humana”. Refiriéndose a las recientes celebraciones de
la gran Familia franciscana que nos invitan a releer la obra cumplida en esta Basílica,
a la luz de aquella llamada de Dios – “que nunca pierde su validez” – el Card. Tarcisio
Bertone ha hecho hincapié en el significado auténtico que todos conocemos de la preocupación
de Pobrecillo de Asís, primero y luego de sus hijos espirituales.
Es decir,
‘”la restauración de la Iglesia viva formada por los creyentes, con el anhelo de que
la magnífica obra de Cristo resplandezca siempre sin mancha y sin arruga, como imagen
auténtica de su Fundador, el Rey y Señor del mundo y de la historia”. El Card. Bertone
ha invitado a “elevar la mirada hacia Cristo Rey, dejándonos atraer por su amor sin
límites y adorando en su cuerpo glorioso los claros signos de la Pasión, que resplandecen
con la luz de la Resurrección. A acoger, como hizo Francisco de Asís, la perenne invitación
de Cristo. Recordando que servir es reinar”.