Martes, 10 nov (RV).- En la Sala de Prensa de la Santa Sede se presentó esta mañana
la Semana de Estudio sobre “Astrobiología”. Se trata de una iniciativa organizada
por la Pontificia Academia para las Ciencias y del Observatorio astronómico vaticano,
conocido con el nombre de “Specola Vaticana” que se celebró en la Casina Pio IV desde
el pasado día 6 y hasta este 10 de noviembre.
Intervinieron en la presentación
el sacerdote jesuita José Funes, director de la Specola Vaticana; el profesor Jonathan
Lunine, del Departamento de Física de la Universidad romana de Tor Vergata; el Prof.
Chris Impey, del Departamento de Astronomía de la Universidad estadounidense de Arizona,
y del Observatorio astronómico de Tucson y la doctora Athena Coustenis, del Observatorio
francés de Paris-Meudon.
Recordamos a nuestros oyentes que esta semana
de estudio -en el marco del año dedicado a la Astronomía- estuvo dedicada a la Astrobiología,
es decir a la ciencia que estudia la vida como consecuencia de la evolución del universo.
Se trata asimismo de una ciencia multidisciplinaria que investiga la relación de la
vida con el mismo cosmos e incluye entre sus temas el origen de la vida y sus precursores
materiales, la evolución de la vida en la tierra, las perspectivas futuras de vida
en nuestro planeta y fuera de él, así como la presencia de la vida en otras partes,
razón por la cual han participado expertos en diversas materias como física, química,
biología, geología, y astronomía.
Al respecto cabe destacar que el
pasado 30 de octubre Benedicto XVI, al recibir en audiencia a los participantes en
el encuentro internacional de astrónomos -también celebrado en el Vaticano con motivo
del año internacional de la astronomía- afirmó que ”los grandes científicos de la
era de los descubrimientos nos recuerdan también que el verdadero conocimiento se
dirige siempre hacia la sabiduría, y lejos de restringir el horizonte de la mente,
nos invita a levantar nuestra mirada hacia el elevando reino del espíritu”.
En
esa ocasión, el Papa constató que la moderna cosmología nos ha demostrado que ni nosotros,
ni la Tierra, son el centro de nuestro universo, formado por millones de galaxias,
cada una de ellas compuestas por miríadas de estrellas y planetas. De ahí que se preguntara
cómo responder al desafío de este año, de redescubrir nuestro lugar en el universo.
En este sentido Benedicto XVI manifestó esperanza de que los frutos
de este año internacional de la astronomía conduzcan de la contemplación de las maravillas
de la creación a la contemplación del Creador. Porque como dijo el Santo Padre: “En
Cristo, el nuevo Adán, reconocemos el centro verdadero del universo y de toda la historia,
y en él, el Logos encarnado, vemos la medida más completa de nuestra grandeza como
seres humanos, dotados de razón y llamados a un destino eterno”.