América Latina: jóvenes de 20 países reflexionan para revitalizar la pastoral juvenil
Martes, 3 nov (RV).- “Nos comprometemos delante de Dios y de vosotros a continuar
luchando por revitalizar la pastoral de juventud del continente latinoamericano para
que ésta se convierta cada día más en camino para que muchos se encuentren con el
Dios de la vida para seguir construyendo con Él una nueva civilización del amor”.
Así termina el mensaje del XVI Encuentro de Responsables nacionales de Pastoral Juvenil
de América Latina, que se reunió del 25 al 30 de octubre en la ciudad de Cochabamba,
Bolivia.
Una presencia importante de 20 países de Latinoamérica en la persona
de los delegados y responsables de pastoral juvenil para discernir el tema: los jóvenes
discípulos misioneros para la vida de nuestros pueblos. Para este proceso de oración,
reflexión y escucha hemos usado, el método ver-juzgar-actuar que implica contemplar
a Dios con los ojos de la fe a través de la Palabra revelada y el contacto vivificante
de los sacramentos, a fin de que en la vida conciliada veamos la realidad que nos
circunda a la luz de su providencia, la busquemos con Jesucristo camino, verdad y
vida y actuemos desde la Iglesia cuerpo místico de Cristo.
La vida de los
jóvenes, señala el mensaje, ha estado en el centro de nuestro encuentro igual que
está en el centro de nuestra Iglesia que ha renovado una vez más su opción preferencial
por ellos de manera realista y efectiva. Hemos constatado los signos de vida y los
signos de muerte existentes en tres dimensiones fundamentales de nuestro existir:
la juvenil, eclesial y social. Y hemos descubierto como el Señor nos sigue explicando
su presencia en nuestra historia. Él continúa invitando a los jóvenes a ser sus discípulos
misioneros en las circunstancias actuales. Esto implica una actitud de permanente
conversión personal y pastoral.
MENSAJE COMPLETO Mensaje
del XVI encuentro de Responsables Pastoral Juvenil Se presenta
el mensaje final del XVI encuentro de responsables nacionales de pastoral juvenil
de América Latina que se reunió del 25 Al 30 de octubre en la ciudad de Cochabamba,
una presencia importante de 20 países de Latinoamérica en la persona de los delegados
y responsables de pastoral juvenil. Nosotros, hombres y mujeres
jóvenes y adultos reunidos de veinte países del continente hemos participado del 25
al 30 de octubre del 2010 en el XVI encuentro latinoamericano de responsables nacionales
de Pastoral Juvenil en Cochabamba. Dentro del contexto de la misión continental que
nuestra Iglesia Católica ha convocado para responder al tiempo de gracia que el Espíritu
suscita hoy en América Latina, los agentes de Pastoral Juvenil, laicos y laicas, religiosas
y religiosas, sacerdotes y obispo fuimos convocados por el equipo Latinoamericano
de Pastoral Juvenil y la Sección Juvenil del CELAM para discernir el tema: los y las
jóvenes discípulos misioneros para la vida de nuestros pueblos. La Iglesia nos ha
invitado a asumir una actitud permanente conversión pastoral que implica escuchar
con atención y discernir lo que el Espíritu está diciendo en la Iglesia. Ahora queremos
compartir con ustedes el fuego que el Señor Jesús ha encendido en nuestros corazones
al caminar con nosotros en estos días de oración, reflexión, escucha, trabajo y celebración.
Para nuestro proceso hemos usado el método ver-juzgar-actuar que implica contemplar
a Dios con los ojos de la fe a través de la Palabra revelada y el contacto vivificante
de los sacramentos a fin de que en la vida conciliada veamos la realidad que nos circunda
a la luz de su providencia, la busquemos con Jesucristo camino, verdad y vida y actuemos
desde la Iglesia cuerpo místico de Cristo, sacramento universal de salvación en la
proclamación del Reino de Dios que se siembre en esta tierra y que fructifica plenamente
en el cielo. La vida de los y las jóvenes ha estado en el centro de nuestro encuentro
igual que esta en el centro de nuestra Iglesia que ha renovado una vez más su opción
preferencial por ellos (los jóvenes) de manera realista y efectivo, aproximarnos a
los jóvenes y escucharles. Nos ha permitido constatar los signos de vida y los signos
de muerte existentes en tres dimensiones fundamentales de nuestro existir: la juvenil,
eclesial y social. Dar vida a un proceso eclesial con y desde los jóvenes implica
conocer y discernir estos signos para responder a los desafíos que plantea la juventud
de nuestros continente, es hacer de nuevo la experiencia del misterioso caminante
que aquellos discípulos que iban de camino. Jesús se acerco a ellos y les dijo: ¿de
que discuten ustedes?...ese aprender a escuchar antes de proponer un mensaje para
que el proceso de reflexión que hemos mencionado no sea un visión parcializada. En
un segundo momento de nuestro caminar buscamos iluminar la realidad que contemplamos
en esta parte el texto del pasaje de los discípulos de Emaus ha sido la clave para
interpretar el proceso estos días y el Espíritu presente en las reflexiones de nuestra
Iglesia en Aparecida Brasil Empezando por Moisés, -dice el evangelio- y continuando
por todos los profetas que se referían a Jesús. Descubrimos como la lectura orante
de la Palabra como el Señor nos sigue explicando su presencia en nuestra historia.
Él continua invitándonos a los y las jóvenes a ser sus discípulos misioneros en las
circunstancias actuales. La Iglesia nos propuso un modelo para profundizar nuestro
vinculo con Cristo y esto implica una actitud de permanente conversión personal y
pastoral. Al finalizar nuestro encuentro sentimos el profundo deseo de levantarnos
y volver a nuestros pueblos, volver al corazón de la Iglesia y encontrarnos con los
y las jóvenes para compartir con ellos su vida en Jesús. Por eso nos comprometemos
delante de Dios y de ustedes a continuar luchando por revitalizar la pastoral de juventud
del continente latinoamericano para que esta se convierta cada día mas en camino para
que muchos y muchas encontrarse con el Dios de la vida para seguir construyendo con
El una nueva civilización del amor. Queremos que este compromiso se manifieste en
gestos concretos de misión y servicio que sea reflejo de la acción del resucitado
en nuestra vida. Finalmente volvemos todos nuestros afanes al maternal cobijo de Maria
a quien estos días hemos aprendido a llamar como Nuestra Señora de Urkupiña, ella
que velo por los primeros pasos de Jesús velara también por los pasos que damos buscando
la revitalización de la pastoral de juventudes de nuestro continente. Ella nos acompañara
rumbo al III congreso latinoamericano de jóvenes en Los Teques (Venezuela) en septiembre
del 2010. Agradecemos a los hermanos y hermanas de Bolivia que nos han hecho sentir
como en casa con su calurosa hospitalidad, nos han llenado con su riquísima cultura
y nos han recordado que todos somos parte de la misma familia, una gran familia latinoamericana
comprometidos en la oración por el bienestar de este hermoso país y de todo América
Latina y el Caribe.