Sábado, 31 oct (RV).- El editorial Octava Dies del P. Federico Lombardi director del
Centro televisivo Vaticano y de nuestra emisora, está dedicado este sábado a la Comunicación
y la Iglesia, inspirado en el discurso del Papa a los participantes en la Asamblea
Plenaria del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, que concluyó esta
semana en Roma.
“La iglesia es comunicación”; “la comunión es fruto de comunicación
“. Afirmaciones fuertes y densas que fueron replanteadas con frecuencia durante la
reciente asamblea del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales. De hecho,
cada reflexión y cada proyecto debe partir no tanto de lo atractivo de los nuevos
instrumentos de comunicación, sino de la misma naturaleza y misión de la Iglesia,
que nace del anuncio de la Palabra de Dios y crece como comunidad, llamada a su vez
a anunciar. La comunicación penetra toda la vida de la Iglesia y la actividad de sus
miembros, tanto pastores como fieles.
En este contexto, el padre Lombardi afirma
en su editorial que si se quiere que el mensaje llegue a las personas de nuestro tiempo,
y en particular, a los jóvenes – a los llamados “nativos digitales” es decir nacidos
en la era digital-, la comunicación de la iglesia se debe encarnar con valentía en
los nuevos lenguajes y debe saber tomar en cuenta las nuevas técnicas y las nuevas
actitudes psicológicas. En este contexto, el portavoz vaticano se refirió al discurso
de Benedicto XVI en conclusión de la asamblea, sobre el desafío para la Iglesia, llamada
a anunciar el Evangelio a los hombres del tercer milenio.
Lo ha dicho el Papa
en su discurso conclusivo, hablando del desafío de ‘mantener inalterado el contenido’
del Evangelio, pero ‘haciéndolo comprensible con instrumentos y medios armoniosos
con la mentalidad y las culturas de hoy’. Utilizar pues las nuevas tecnologías y modalidades
mediáticas en la aldea global. Y hacerlo con mayor pasión e inteligencia, con mayor
empeño, convencidos de que tenemos una Palabra preciosa para comunicar. Una Palabra
tan inextinguible y bella, que podrá inspirar sin fin toda nueva expresión creativa
y dar dignidad a todo nuevo lenguaje. Es importante que hoy, en esta sociedad de la
comunicación, todos en la Iglesia tomemos conciencia de ello».