2009-10-26 14:00:03

BENEDICTO XVI: ANGELUS, domingo 25 de octubre


ANGELUS DOMINI

Al final de la Santa Misa celebrada esta mañana en la Basílica Vaticana para clausurar la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, el Santo Padre Benedicto XVI salió al exterior de la Basílica para rezar el Ángelus con los fieles y los peregrinos presentes en la plaza de San Pietro. Estas son las palabras pronunciadas por el Papa:

PALABRAS DEL SANTO PADRE: RealAudioMP3

¡Queridos hermanos y hermanas!
Hace un momento, con la celebración eucarística en la Basílica de San Pedro, ha concluido la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos. Tres semanas de oración y de escucha recíproca, para discernir lo que el Espíritu Santo dice hoy a la Iglesia que vive en el Continente africano, y al mismo tiempo a la Iglesia universal. Los Padres sinodales, llegados de todos los países de África, han presentado la rica realidad de las Iglesias locales. Juntos hemos compartido sus alegrías por el dinamismo de las comunidades cristianas, que siguen creciendo en cantidad y calidad. Estamos agradecidos a Dios por el impulso misionero que ha encontrado un terreno fértil en numerosas diócesis y que se manifiesta en el envío de misioneros a otros países africanos y a otros continentes. Se le ha dado una especial importancia a la familia, que también en África constituye la célula primaria de la sociedad, pero que hoy está amenazada por corrientes ideológicas procedentes también del exterior. ¿Qué decir, además, de los jóvenes expuestos a este tipo de presión, influenciados por modelos de pensamiento y de comportamiento que se oponen a los valores humanos y cristianos de los pueblos africanos? Naturalmente, se han planteado en la Asamblea los problemas actuales de África y su gran necesidad de reconciliación, de justicia y de paz. Precisamente a esta necesidad la Iglesia responde proponiendo de nuevo, con renovado impulso, el anuncio del Evangelio y la promoción humana. Animada por la Palabra de Dios y por la Eucaristía, se esfuerza por hacer que nadie se vea privado de lo necesario para vivir y que todos puedan conducir una existencia digna del ser humano.
Recordando el viaje apostólico que realicé a Camerún y Angola durante el pasado mes de marzo, y que tenía también el objeto de poner en marcha la preparación inmediata del segundo Sínodo para África, hoy deseo dirigirme a todas las poblaciones africanas, en particular a las que comparten la fe cristiana, para entregarles idealmente el Mensaje final de esta Asamblea sinodal. Es un Mensaje que sale de Roma, sede del Sucesor de Pedro, que preside la comunión universal, pero se puede decir, en un sentido no menos verdadero, que tiene su origen en África, de la que recoge las experiencias, las expectativas, los proyectos, y ahora vuelve a África, llevando la riqueza de un evento de profunda comunión en el Espíritu Santo. ¡Queridos hermanos y hermanas que me escucháis desde África! Encomiendo de modo especial a vuestra oración los frutos del trabajo de los Padres sinodales, y os animo con las palabras de Nuestro Señor Jesús: ¡sed la sal y la luz en la amada tierra africana!
Mientras se clausura este Sínodo, deseo recordar que para el próximo año está prevista una Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos. Con ocasión de mi Visita a Chipre, tendré el placer de entregar el Instrumentum laboris de dicha asamblea. Demos gracias al Señor, que no se cansa jamás de edificar su Iglesia en la comunión, e invoquemos con confianza la materna intercesión de la Virgen María.

[en Francés] Os recibo con alegría para la oración del Ángelus, queridos peregrinos de lengua francesa. En este día en el que se concluye la Segunda Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos, la liturgia nos recuerda que sólo Cristo Jesús puede sanar plenamente a la persona humana de la miseria de un corazón herido. ¡Que nuestra oración sea insistente, para que todos los pueblos de la tierra, y en particular los pueblos africanos, caminen con Él por los caminos de la vida, de la reconciliación, de la justicia y de la paz! ¡Que Nuestra Señora de África proteja y guíe a los hombres y a las mujeres de este amado continente! ¡Feliz domingo!

[en Inglés] Me alegra poder saludar a todos los hoy presentes de lengua inglesa en la plaza de San Pedro. Acabamos de clausurar la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, que ha sido un tiempo de gracia. Os invito a todos a que recéis por nuestros hermanos y nuestras hermanas de África. ¡Que el Señor, que ha dado la vista al ciego del Evangelio, renueve su fe para que siempre puedan ver y seguir con claridad el camino de la reconciliación, de la justicia y de la paz que lleva a la salvación! Sobre todos vosotros y sobre el pueblo de África invoco las abundantes bendiciones de Dios.

[en Alemán] De corazón saludo a los aquí presentes de lengua alemana en la plaza de San Pedro. El Evangelio de este domingo, que acabamos de escuchar también en la Basílica de San Pedro durante la celebración eucarística de clausura del Sínodo de los Obispos para África, nos narra la curación de un ciego. Jesús oyó el grito insistente de Bartimeo y le devolvió la vista. Esto nos anima, con todas nuestras dificultades personales, así como con los retos y las necesidades del continente africano, a que nos dirijamos a Cristo llenos de fe y confianza. Él nos dona también ayuda y salvación. ¡Que el Señor os proteja a todos vosotros y a vuestras familias!

[en Español] Saludo con afecto a los fieles de lengua española. Con la celebración eucarística en la Basílica de San Pedro ha concluido esta mañana la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos. En un clima de profunda y fraterna comunión eclesial, hemos escuchado testimonios elocuentes del gran dinamismo misionero de la Iglesia africana, así como de los importantes desafíos que tiene que afrontar en el momento presente. Pidamos al Señor, por intercesión de la Santísima Virgen María, que conceda al Pueblo de Dios en África un renovado impulso evangelizador, al servicio de la reconciliación y la paz. ¡Feliz domingo!







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