La Santa Sede ante la ONU: la persona y su dignidad humana, centro y recurso más grande
para el desarrollo de la humanidad
Jueves, 15 oct (RV).- El Observador permanente de la Santa Sede ante la ONU ha reiterado
la importancia de la dignidad humana de la persona, que es el recurso más grande del
mundo para el desarrollo integral de la humanidad. En su intervención ante la Asamblea
de Naciones Unidas, en Nueva York - para conmemorar del 15 aniversario de la Conferencia
Internacional de El Cairo, sobre Población y Desarrollo - Mons. Celestino Migliore
se refirió a los desafíos cruciales para el futuro de la humanidad.
Demografía,
familia, igualdad entre los hombres y las mujeres, promoción de la mujer, tutela y
educación de los menores, migraciones y asistencia sanitaria, fueron algunos de los
temas más destacados por el Arzobispo Migliore, haciendo hincapié en que «durante
casi un siglo, se ha intentado enlazar el tema de la población mundial con el de la
comida, la energía, los recursos naturales y los problemas del ambiente. Y, sin embargo,
ha quedado demostrado que gracias a la ingeniosidad humana y a la capacidad de las
personas de aunar esfuerzos, en realidad el recurso más grande de la creación, es
precisamente el ser humano».
Refiriéndose a la necesidad de establecer y promover
políticas que tutelen los legítimos derechos de la familia - como elemento vital para
el verdadero orden social y económico de los pueblos - Mons. Migliore subrayó asimismo
la necesidad de medidas legales apropiadas para luchar contra «la explotación sexual
y económica, el tráfico de mujeres y menores y las prácticas discriminatorias en el
mercado del trabajo y en los hogares».
Tras señalar que las metas no alcanzadas
para promover el desarrollo y que la amenaza más grande para el mismo desarrollo se
deben, en primer lugar, a la irresponsabilidad en la gestión económica, Mons. Migliore
señaló que las políticas demográficas deben tener en cuenta también las necesidades
y los derechos humanos de los migrantes.
Alentando a impulsar el acceso a la
educación para las mujeres y las menores en todos los niveles, capacitándolas para
desarrollar el importante papel que les corresponde en la sociedad, Mons. Migliore
abogó por la tutela real de las madres y de los niños y reflexionó sobre los intentos
de presentar el aborto como un derecho, sin tener en cuenta la dignidad de la vida
humana de los no nacidos.
«La renovación de nuestro esfuerzo para responder
a la salud integral y a las necesidades sociales de la comunidad exige tener en cuenta
las necesidades sociales, culturales y espirituales de todos», señaló el Observador
Permanente de la Santa Sede ante la Onu, asegurando una vez más que «por su parte,
la Iglesia católica se propone perseverar en su compromiso en favor de la atención
sanitaria a todos sin distinción».
«Con sus cerca de 5.000 hospitales; 18.000
clínicas y centros sanitarios y 15.000 hogares para ancianos y discapacitados, así
como por medio de programas de atención sanitaria en el mundo entero, las instituciones
católicas están activamente comprometidas en garantizar y defender el derecho a la
vida y a la atención sanitaria eficaz y moral responsable para todos».
Al concluir
su intervención, Mons. Migliore exhortó en especial a realizar todos los esfuerzos
necesarios que tutelen a los niños, que son los más vulnerables de la sociedad. Teniendo
en cuenta el bienestar físico, emocional y espiritual de los menores y trabajando
sin cesar en favor de las generaciones futuras y contra la miseria y mortalidad infantil.