Intervención do Sr. Ngon-Ka-Ningueyo (François) MADJADOUM, Director de SECADEV (CHAD),
Oyente
Sr. Ngon-Ka-Ningueyo (François) MADJADOUM, Director de SECADEV (Secours Catholique
et Développement) (CHAD)
Después del conflicto de Darfur, los refugiados
sudaneses han afluido al este del Chad a partir de 2003. A los refugiados, que son
más de 250.000, se añaden más de 1.500.000 cabezas de ganado. Esta llegada en masa
ha acentuado la presión sobre los recursos naturales.
El SECADEV (Secours Catholique
et Développement) dirige tres campos de refugiados, Kounoungou, Milé y Farchana, que
acogen actualmente a 55.000 personas. Coordina la asistencia humanitaria, se ocupa
de la preparación de los refugios y de las infraestructuras, de la distribución de
víveres y otras cosas, de la suministración de agua potable, de la higiene, del saneamiento
y del ambiente.
La convivencia pacífica entre los refugiados y la población
que los acoge está relacionada con el hecho de que los refugiados y las poblaciones
que los acogen pertenecen al mismo grupo étnico. El único problema que enturbia estas
relaciones positivas de convivencia es el territorial.
El SECADEV es una Cáritas
cuya misión es sobre todo la de socorrer y luego “poner en pie”.
Con las financiaciones
de la red Cáritas, ha relanzado con bastante rapidez las actividades agrícolas y la
ganadería en algunos poblados.
Cuando se trata de conflictos relativos a la
paja, la leña o las tierras, se producen agresiones a las mujeres que van a recoger
la leña o se niega la concesión de tierras de cultivo a los refugiados, etc.
Para
responder a esto, se ha puesto en marcha una formación específica para las animadoras
del sector sociocomunitario con el fin de seguir y acompañar a las mujeres víctimas
de agresiones.
El SECADEV hace lo que está en sus manos por “la misión al servicio
de la paz”, sirve a la sociedad sin distinción alguna de etnia, religión y nacionalidad:
todos los hombres están creados a imagen y semejanza de Dios y su deber es el de socorrer
a quien lo necesita.
El SECADEV trabaja en un ambiente en el que el Islam es
predominante (más del 90% de la población) y por tanto su acción es una forma de diálogo
con el Islam. Se ve como una obra cristiana pero se aprecia y se respeta.