Intervención do Sr. Emmanuel Habuka BOMBANDE, Director Ejecutivo de la red de África
oriental para la consolidación de la paz (GHANA), Oyente
Sr. Emmanuel Habuka BOMBANDE, Director Ejecutivo de la red de África oriental para
la consolidación de la paz (WANEP) (GHANA)
Un argumento crítico que
apuntala los violentos conflictos en muchas comunidades africanas es cómo tratar con
la carga del pasado. Los antecedentes históricos desde el tráfico de esclavos a la
colonización, han sembrado la desconfianza y la división entre grupos que se han convertido
ahora en una línea errónea a través de la cual algunos políticos y líderes civiles,
movilizan a su gente contra otros para ganar votos y mantener un poder seguro. Muchas
comunidades se sostienen con una narración victimista del pasado, que justifica su
odio hacia los demás. Los otros, mantienen una narración del pasado que los presenta
como vencedores, para continuar proclamando su dominio sobre los anteriores. En ambos
casos, se trata de un círculo vicioso de violencia y de furiosa destrucción que los
esclaviza a todos como víctimas de las injusticias de ese pasado. Esto no puede continuar
por más tiempo. Es hora de designar y poner en marcha estructuras funcionantes que
fomenten el verdadero significado de la justicia y de la paz. Son la justicia y la
paz a las que el Instrumentum Laboris nos exhorta en sus parágrafos 44, 45, 46 y 47.
En
Ghana, la Conferencia Episcopal Católica ha invitado a las organizaciones de la sociedad
civil, como la WANEP, para que apoye los esfuerzos de los obispos en la promoción
del diálogo entre las comunidades y al interior de éstas. Este compromiso incluye
líderes políticos y civiles. Las comunidades que habían sido desgarradas por más de
80 años, como Nkonya y Alvanyo, están superando la violencia. Éstas están aprendiendo
a convivir pacíficamente y a tratar sus conflictos sin violencia y desde el respeto
mutuo por el otro.
En 2008, Ghana tuvo que lidiar con desafíos similares a
los de muchos otros países africanos, convocando las elecciones en diciembre del mismo
año. Expresando en concreto la misión profética de la Iglesia, los obispos se comprometieron
activamente en el momento de mayor necesidad, asegurándoles un espacio para apoyar
el diálogo con la sociedad civil, en el cual los líderes de los principales partidos
políticos se encontraron e intercambiaron francamente sus desconfianzas y recelos
sobre el otro e, inclusive sobre los resultados de las elecciones. Este espacio permitió
a los líderes rendir cuentas de sus responsabilidades para asegurar la no-violencia
durante las elecciones. El proceso de compromiso a través del diálogo ha mitigado
también la potencial violencia post electoral.
Las actuales tendencias indican
claramente que las elecciones en el continente africano serán potencialmente impugnadas
a causa de la creciente violencia ligada a ellas.