Intervención de Mons. Ayo-Maria ATOYEBI, Obispo de Ilorin (NIGERIA)
S. E. R. Mons. Ayo-Maria ATOYEBI, O.P., Obispo de Ilorin (NIGERIA)
Intervención
consignada por escrito, pero no leída en el Aula.
Si la Iglesia de
Dios en África quiere profundizar su servicio de reconciliación, justicia y paz, debe
rezar como lo hizo Jesús para que el Espíritu Santo, mediante una nueva irradiación
de su poder, nos renueve y nos haga agentes de un nuevo orden mundial en la esfera
espiritual, sociopolítica, económica y médica y dé lugar a una revolución africana
en el campo de las ciencias.
Sin la ayuda del Poder de las alturas, que es
el único que nos puede hacer contribuir espiritual, social, moral y científicamente
al progreso de la humanidad, no podríamos ser realmente la sal de la tierra ni la
luz llena de esplendor. Sin ella, no podríamos contar en la comunidad internacional.
Es el momento de que nosotros, africanos, nos despertemos y vivamos nuestro renacimiento.
Tenemos que rezar y rezar para que sea así.
Las Escrituras nos dicen que Jesús
rezaba en muchas partes. Para que podamos salir del atolladero y ser menos dependientes
de la creatividad de los demás, tenemos que rezar y rezar a Dios. Las cosas no cambiarán
para mejor sin una oración personal consciente, repetida, constante y ferviente. Nunca
se repetirá bastante la necesidad de perseverar en la oración, el ascetismo, la predicación,
la enseñanza y la acción en nuestra búsqueda de la reconciliación, de la justicia
y de la paz.
Nadie puede tocar los corazones de los demás si la persona no
ha sido primero tocada por el Dios de la reconciliación, de la justicia y de la paz.
Nuestro
pueblo no espera que seamos banqueros o políticos para arreglar las cosas, sino que
seamos formadores de conciencias, hombres y mujeres espirituales que les motiven a
asumir sus responsabilidades civiles como sal de la tierra y luz del mundo.