Intervención de Mons. Abraham DESTA, Obispo titular de Orrea di Aninico (ETIOPÍA)
S. E. R. Mons. Abraham DESTA, Obispo titular de Orrea di Aninico, Vicario Apóstolico
de Meki (ETIOPÍA)
Las mujeres son miembros comprometidos de nuestra
Iglesia. No hay duda alguna de que su compromiso testimonia este hecho. Creo que impartir
una buena formación teológica en Derecho canónico y en la Doctrina social de la Iglesia,
pueda desempeñar un papel más que significativo, más allá de las actividades tradicionales
en las que han participado hasta ahora, como miembros activos e integrales de la Iglesia.
Dicha formación podría profundizar el propio entendimiento de los valores
relacionados con la maternidad dentro del amplio espectro de la historia de la salvación.
Podría también contribuir a orientar y enriquecer sus elecciones específicas en la
planificación y aplicación de acciones estratégicas a favor de la reconciliación,
de la justicia y de la paz en las familias, en las pequeñas comunidades cristianas,
en las parroquias, en las diócesis y más allá.
Su formación en teología, en
Derecho Canónico y en la Doctrina social de la Iglesia, debería ayudarles a jugar
un rol específico e incomparable en el idear programas de catequesis y de pastoral
adecuados e importantes, en colaboración con sus respectivos teólogos y pastores,
para niños, jóvenes, para mujeres y familias. Debería ayudarles a que tengan un mejor
entendimiento y apreciación de la matriz de funciones y relaciones en el seno de la
jerarquía de la Iglesia, para cumplir con un ministerio adecuado y colaborativo al
servicio de la reconciliación, la justicia y la paz.
Además su formación en
estudios teológicos, canónicos y en la Doctrina social de la Iglesia, debería permitirles
encontrar las fuentes y herramientas para proyectar programas de formación y de apoyo
de la reconciliación, de la justicia y de la paz, especialmente a nivel de la familia,
de las pequeñas comunidades cristianas, de las asociaciones femeninas cristianas,
de los jóvenes y de las diferentes asociaciones de profesionales cristianos.
La
función primordial de las mujeres formadas y capacitadas teológicamente, sería el
de ser un catalizador del cambio, de la actitud que se tiene en general de nuestras
madres y hermanas, y reforzar su capacidad de desempeñar el rol activo que han recibido
de Dios, al participar en los gobiernos, en los procesos de toma de decisiones en
todos los niveles de la Iglesia y de la sociedad para promover una reconciliación
real, a través de la justicia y la paz para nuestra sociedad africana. Es importante
enfatizar el hecho que, sin la total participación de las mujeres de acuerdo a sus
diferentes niveles y capacidad de trabajo, la obra de reconciliación, de justicia
y paz no será totalmente completa ni podrá traer los frutos deseados de nuestra Iglesia
y de la futura sociedad africana.