2009-10-14 14:40:02

Intervención de Mons. Abraham DESTA, Obispo titular de Orrea di Aninico (ETIOPÍA)


S. E. R. Mons. Abraham DESTA, Obispo titular de Orrea di Aninico, Vicario Apóstolico de Meki (ETIOPÍA)



Las mujeres son miembros comprometidos de nuestra Iglesia. No hay duda alguna de que su compromiso testimonia este hecho. Creo que impartir una buena formación teológica en Derecho canónico y en la Doctrina social de la Iglesia, pueda desempeñar un papel más que significativo, más allá de las actividades tradicionales en las que han participado hasta ahora, como miembros activos e integrales de la Iglesia.

Dicha formación podría profundizar el propio entendimiento de los valores relacionados con la maternidad dentro del amplio espectro de la historia de la salvación. Podría también contribuir a orientar y enriquecer sus elecciones específicas en la planificación y aplicación de acciones estratégicas a favor de la reconciliación, de la justicia y de la paz en las familias, en las pequeñas comunidades cristianas, en las parroquias, en las diócesis y más allá.

Su formación en teología, en Derecho Canónico y en la Doctrina social de la Iglesia, debería ayudarles a jugar un rol específico e incomparable en el idear programas de catequesis y de pastoral adecuados e importantes, en colaboración con sus respectivos teólogos y pastores, para niños, jóvenes, para mujeres y familias. Debería ayudarles a que tengan un mejor entendimiento y apreciación de la matriz de funciones y relaciones en el seno de la jerarquía de la Iglesia, para cumplir con un ministerio adecuado y colaborativo al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz.

Además su formación en estudios teológicos, canónicos y en la Doctrina social de la Iglesia, debería permitirles encontrar las fuentes y herramientas para proyectar programas de formación y de apoyo de la reconciliación, de la justicia y de la paz, especialmente a nivel de la familia, de las pequeñas comunidades cristianas, de las asociaciones femeninas cristianas, de los jóvenes y de las diferentes asociaciones de profesionales cristianos.

La función primordial de las mujeres formadas y capacitadas teológicamente, sería el de ser un catalizador del cambio, de la actitud que se tiene en general de nuestras madres y hermanas, y reforzar su capacidad de desempeñar el rol activo que han recibido de Dios, al participar en los gobiernos, en los procesos de toma de decisiones en todos los niveles de la Iglesia y de la sociedad para promover una reconciliación real, a través de la justicia y la paz para nuestra sociedad africana. Es importante enfatizar el hecho que, sin la total participación de las mujeres de acuerdo a sus diferentes niveles y capacidad de trabajo, la obra de reconciliación, de justicia y paz no será totalmente completa ni podrá traer los frutos deseados de nuestra Iglesia y de la futura sociedad africana.







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