2009-10-13 11:10:23

Intervención del Card. John NJUE, Arzobispo de Nairobi, Presidente de la Conferencia Episcopal (KENIA)


S. Em. R. Card. John NJUE, Arzobispo de Nairobi, Presidente de la Conferencia Episcopal (KENIA)



África sigue teniendo sed de un gobierno bueno. Muchos países de África continúan resistiendo al mal gobierno, donde un hambre de poder incontrolado ha llevado a la impunidad total, la corrupción, la manipulación de las personas, y otros males sociales y políticos similares, ocasionados por corazones humanos que necesitan conversión. La Iglesia en Kenya y en otras partes de África continúa comprometiéndose para crear sistemas de gobierno que consideren la justicia finalizada al servicio del bien común. Las cartas pastorales han afrontado constantemente el tema del mal gobierno, que se podría definir como el cáncer de África. Esto es lo que ha empobrecido a la gente en el continente.

Muchas son las personas oprimidas, que tienen la urgencia de experimentar las certezas que Cristo da. “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la buena Nueva (...) para dar la libertad a los oprimidos.” (Lc 4, 17-21).

Estas personas oprimidas deben ser invitadas a participar en la construcción de sistemas de gobierno justos a través de la redacción de buenas constituciones. La constitución de Kenya y de otros países de África debe ser revisada para poder afrontar los temas del buen gobierno, de los derechos humanos, de la reconciliación y del proceso de paz. Todo ello puede ser realizado solamente a través de sistemas justos.

Lo que es evidente, en Kenya y en África en general, es que algunos líderes prefieren mantener constituciones que les permitan tener un poder fuera de todo control que conduce a la anarquía y a la dictadura.

La violencia post-electoral en Kenya en el año 2008 es un buen ejemplo de impunidad. El Acuerdo Nacional, que fue alcanzado dando vida a un gobierno de amplia coalición, trajo gran alivio a la gente de Kenia, cuyos hermanos habían muerto en masa o se habían vuelto refugiados en su propio país. Las reformas propuestas como soluciones permanentes a los problemas sociopolíticos, sin embargo, aún no han sido implementas. El proceso contra quienes han perpetrado la violencia post-electoral debe aún iniciar.

La Iglesia en Kenya sigue expresando con énfasis la urgencia con que se deben realizar las reformas a través de buenos sistemas de justicia. Continúa intensificando la educación cívica para que los ciudadanos conozcan sus deberes y derechos. Esta educación es necesaria en toda África, según los problemas que cada país presenta. Es urgente, por lo tanto:

tener un programa de formación para las personas de gobierno; formar políticos buenos y santos como agentes de buen gobierno; crear capellanías para los políticos; reforzar los medios de comunicación católicos para favorecer la formación moral de todos; promover el rol profético de la Iglesia en todos los sitios, dedicarse con determinación a la formación permanente de todos los agentes de evangelización, incluídos los políticos, formación que debe basarse en un sólido catecismo y en la Doctrina Social de la Iglesia. Este sínodo nos ofrece una oportunidad especial para reflexionar sobre este cáncer que está devorando nuestro continente y para el que es necesario encontrar un remedio. El buen gobierno no es sólo una prioridad, es una obligación. Podría también agregar que la política es para África un tema tan importante que no puede ser dejado sólo en manos de los políticos, considerando los riesgos que ya hemos experimentado. Ha llegado el momento de actuar en forma constructiva.








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