Intervención de Mons. George Cosmas Zumaire LUNGU, Obispo de Chipata (ZAMBIA)
S. E. R. Mons. George Cosmas Zumaire LUNGU, Obispo de Chipata, Presidente de la Conferencia
Episcopal (ZAMBIA)
Hemos visto Comisiones de Justicia y Paz establecerse
en casi todas nuestras parroquias e incluso en algunas pequeñas Comunidades Cristianas
(SCC). Dichas Comisiones están suponiendo una gran diferencia, al ayudar a nuestros
cristianos mediante intervenciones bien documentadas sobre asuntos sociales. En parte
gracias al trabajo de estas Comisiones de Justicia y Paz, la Iglesia Católica en Zambia
es considerada por los católicos y por los no católicos, como una institución creíble
y coherente con la promoción de los Derechos Humanos.
También hemos sido bendecidos
en el área de las comunicaciones sociales, en donde ahora tenemos estaciones de radio
de las comunidades católicas en nueve de nuestras diez diócesis. Las estaciones de
radio están desempeñando un papel preponderante en la promoción de un buen gobierno
y de la educación cívica. Las comunidades rurales en donde el analfabetismo es muy
alto, están encontrando finalmente su voz, articulando libremente su fe en la radio
sobre temas relacionados con la justicia en sus propias comunidades. La mayor parte
de las estaciones de radio incluyen, en su programación cotidiana, un espacio para
los no católicos.
Sin embargo, no estamos satisfechos. Somos conscientes que
tenemos aún varios desafíos. Por ejemplo, al igual que otros países bendecidos por
los recursos naturales, en el nuestro las compañías multinacionales han mostrado poco
o ningún interés en la promoción del bienestar social de nuestra gente, especialmente
en las industrias del sector de la extracción como el sector minero. Dicho sector
está desencadenando un impacto negativo en el medio ambiente y es por esta razón que
Zambia es la anfitriona de un gran encuentro internacional sobre el impacto de las
industrias de extracción en los países pobres al finalizar este Sínodo.
Además,
nos sentimos retados por el impacto que tiene la pobreza en el medio ambiente. Por
ejemplo, la pobreza está generando la destrucción gratuita de los bosques a través
de la combustión de carbón vegetal y de métodos de cultivo insostenibles. Como Iglesia,
debemos proponer nuevas ideas que mitiguen esta situación. Mi deseo es el de exhortar
a este Sínodo para que haga una declaración clara y fuerte sobre nuestras preocupaciones
con respecto a los temas de justicia ambiental, como contribución a la próxima conferencia
sobre el medio ambiente que se llevará a cabo en Copenhague.