2009-10-12 12:41:32

Intervención del Card. Théodore-Adrien SARR, Arzobispo de Dakar (SENEGAL)


S. Em. R. Card. Théodore-Adrien SARR, Arzobispo de Dakar, Primer Vice-Presidente del Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (S.C.E.A.M.) (SENEGAL)

Uno de los tristes fenómenos que alimentan la imagen negativa de África en los medios de comunicación social, es la emigración clandestina de miles de Africanos hacia Europa occidental, y, de forma muy particular, la pérdida de vidas humanas que periódicamente se produce en las arenas del Sahara, las aguas del Océano Atlántico y del Mediterráneo, y que los medios de comunicación no dejan jamás de publicar. Quiero subrayar el carácter revelador que comporta el fenómeno de la emigración clandestina. La aventura tan arriesgada de los emigrantes clandestinos es un verdadero grito de desesperación que denuncia ante el mundo la gravedad de sus frustraciones y el ardor de su deseo de vivir mejor ¿Percibimos este grito de desasosiego y dejamos que penetre en nuestro corazón lo suficiente como para tratar de comprender su sentido y su amplitud? Dejémonos interpelar por sus dramas hasta el punto de buscar las causas del fenómeno. Me contento con enumerar algunas, contenidas en los números 12, 25-28 del Instrumentum laboris: Son factores que impiden que se produzca un desarrollo económico, que se reduzca progresivamente la pobreza en los países al sur del Sahara. Señalamos el saqueo, tantas veces descrito, de los recursos naturales de África. Otra herida, varias veces denunciada, es la corrupción de los dirigentes africanos que conceden, mediante comisiones secretas, ventajas y beneficios desmesurados a las multinacionales, en detrimento de sus países. ¿Cómo no citar todos esos conflictos armados internos, fomentados o alimentados por los vendedores de armas para su comercio y que arrojan a tantos hombres y mujeres, niños y jóvenes, a los caminos del exilio? He aquí, a mi juicio, algunas tristes realidades que han de entrar en nuestra conciencia cada vez que los medios de comunicación nos informan de un drama de la emigración clandestina. Nutramos el conocimiento de las causas de esta emigración a fin de comprometernos mejor en la lucha para poner fin a estos dramas. En realidad, lo sabemos muy bien, no son las barreras policiales, por muy infranqueables que sean, las que detengan la emigración clandestina, sino la reducción efectiva de la pobreza mediante la promoción del desarrollo económico y social que comprenda a las capas populares de nuestros países. Por esto, en el seno de la CERAO, alimentamos la ambición de suscitar en nosotros mismos, y en los Africanos subsaharianos, un sobresalto o un renacimiento del Hombre negro, que se arraigue en el encuentro con Cristo y en la comunión con Él “Levántate, toma tu camilla, y anda” (Jn 5,8), dijo Jesús al paralítico de la piscina de Betsaida. Todos podemos encontrarlo, de manera que le oigamos decir también a nosotros:”Levántate, toma tu camilla, y anda”, “Levántate, toma tu destino en tus manos, y anda”. Esta Segunda Asamblea Especial es un tiempo de gracia, que el Señor nos ofrece, para que nos esforcemos en buscarlo y podamos encontrarlo; para dejarnos curar por Él; para dejarnos reconciliar por Él con Dios, con nosotros mismos y con los demás; para tomar de Él el amor y la fuerza necesarios para dedicarnos a la promoción de la justicia y del desarrollo de las poblaciones, para construir la paz en nuestros países. Aprovechemos este tiempo de gracia para lanzar unos llamamientos en favor de la reconciliación, de la promoción de la justicia y del desarrollo para construir la paz:
- Llamamientos a los gobernantes de nuestros países, para que se pongan de pie, tomen en sus manos el destino de sus pueblos, olvidando sus intereses personales y resistiendo a las presiones exteriores.
- Llamamientos a todas las fuerzas exteriores que han influido e influyen negativamente en el destino del África negra: que quienes toman las decisiones reconozcan de verdad los males que se han causado a África, y se comprometan a trabajar por su verdadero desarrollo, para reparar y hacerle justicia.
He aquí un camino para contribuir a la lucha contra la emigración clandestina y la fuga de cerebros.







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