Intervención de Mons. Valerian OKEKE, Arzobispo de Onitsha (NIGERIA)
S. E. R. Mons. Valerian OKEKE, Arzobispo de Onitsha (NIGERIA)
La imagen de
la Iglesia como Familia de Dios, se basa en la paternidad de Dios y destaca los valores
de solidaridad de la familia africana, el compartir, el respeto por los otros, la
hospitalidad, la fraternidad, etc. (Instrumentum Laboris, nº 88). Es necesario que
se enfatice la función de la Familia de Dios, a la cual todos nosotros pertenecemos
en Cristo, especialmente en África donde los lazos de la familia excluyen la guerra,
las injusticias y todos los temas contrarios a la reconciliación y a la paz. Para
darle mayor importancia a la familia africana para que sirva a la reconciliación,
la justicia y la paz, recomendamos: ‒ que se dé más atención a la preparación de
las parejas para el matrimonio, instruyéndolas en los desafíos, los deberes y obligaciones
de la vida familiar, así como en la importancia del bienestar de la Iglesia y de la
sociedad; ‒ que se realice continuamente la catequesis familiar, graduada y de
acuerdo a las necesidades que son parte del compromiso catequético de cada iglesia
local; ‒ que los órganos diocesanos especiales se concentren en las necesidades
de la familia en toda la sociedad. Dichos órganos deberían mantener un diálogo constante
con la autoridades civiles para asegurar que no sean descuidadas las necesidades fundamentales
de la familia;‒ que se dé mayor atención a los desafíos de las familias sin hijos,
ayudándoles a entender su situación como una ocasión de gracia. Donde sea posible
la adopción, que se haga el esfuerzo para no degenerar a la comercialización y otras
prácticas que merman la dignidad humana; ‒ que se creen ocasiones especiales en
la vida de la Iglesia local orientada a atraer la atención sobre la importancia fundamental
de la familia; ‒ que se realicen cursos de formación permanentes para los pastores
y otros agentes de la evangelización sobre las necesidades de la familia, especialmente
de la africana. Para reforzar la reconciliación, la justicia y la paz en África
y en el mundo es imperativo orientar lor esfuerzos para formar los miembros de la
familia de Dios desde el principio y a partir de su ambiente más natural. La familia
es el nucleo básico de la sociedad desde el cual podemos comenzar este esfuerzo.