Intervención de Mons. Telesphore George MPUNDU, Arzobispo de Lusaka (ZAMBIA)
S. E. R. Mons. Telesphore George MPUNDU, Arzobispo de Lusaka (ZAMBIA)
Esta
intervención hace referencia al Instrumentum laboris, en los números 20, 32, 59, 114
y 117 que se refieren , todos ellos, a la dignidad de la mujer, a su gran inclinación
por la humanidad, al enorme aporte a la Iglesia que ellas podrían dar aunque su carisma
no viene adecuadamente reconocido, ni utilizado suficientemente ni celebrado como
convendría. No puede existir un desarrollo significativo, si el 50% de la `población
marginada, es decir las mujeres, es sistemáticamente excluida. Sin verdadera justicia
entre hombres y mujeres, el desarrollo permanece solo como un sueño irrealizable,
nada mas que un peligroso espejismo. En el Génesis 1, 27 se dice claramente que
Dios creó la humanidad , y los creo hombre y mujer, a su imagen y semejanza. Por lo
tanto una plena y ecua participación de las mujeres en todas las esferas de la vida
es esencial para el desarrollo social y económico. La negación de la igualdad de las
mujeres es una ofensa a la dignidad humana y a la negación para un verdadero desarrollo
de la humanidad. Lamentablemente con vergüenza tenemos que admitir que en Zambia,
con demasiada frecuencia las mujeres son víctimas de abusos, violencia doméstica -
que a veces llega hasta la muerte -prácticas culturales y de costumbre, discriminatorias
y que las leyes claramente expresan prejuicios hacia la mujer. Nosotros, los obispos,
debemos hablar de manera mas clara y insistente en defensa de la dignidad de la mujer
a la luz de las Escrituras y de la Doctrina Social de la Iglesia. Sí, fue una mujer,
María, quién llevó por primero a Jesús en África como prófugo (Mt 2, 13-15). Hoy es
la mujer quien, de muchas maneras, nos trae a Jesús en Zambia. Mujeres religiosas
y laicas ayudan a nuestra Iglesia a estar al servicio de la reconciliación, de la
justicia y de la paz, con una especial mirada hacia los pobres. Para promover el
respeto a las mujeres y a su integración en las estructuras eclesiales con roles de
responsabilidad, de decisión y de proyección, invitamos al Sínodo a recomendar que
en todas las diócesis se instituya y consolide el apostolado familiar y también oficinas
que traten el problema de la mujer volviendolos siempre mas operativos y funcionales.