Intervención de Mons. Joseph Effiong EKUWEM, Obispo de Uyo (NIGERIA)
S. E. R. Mons. Joseph Effiong EKUWEM, Obispo de Uyo (NIGERIA)
El número 32
del Instrumentum Laboris trata el tema de la brujería. Algunos pueden tener una comprensión
diferente de la definición de brujería, mas el entendimiento común, a lo largo y ancho
del continente, es que es una fuerza maligna, capaz de causarle daño a una persona
a nivel espiritual y físico. Como es de esperarse, se cree que los poderes diabólicos
son extremadamente fuertes, haciendo que la brujería parezca muy poderosa, tanto cuanto
Dios. Nuestra gente cree a ciegas en la existencia de esta fuerza del mal y de sus
actos malignos. Sabemos que Dios existe, es el todopoderoso y el creador de todo
lo que existe, de lo visible e invisible. Es lo que creemos y profesamos en nuestro
credo. Él es todo poderoso y el único Ser Supremo en tres personas divinas. Existe
Satanás, el príncipe de las tinieblas, llamado en el Génesis la serpiente que engañó
a nuestros primeros padres (Gen 3,13) haciendo que pecaran contra Dios. El libro del
Apocalipsis lo llama la serpiente antigua, haciendo referencia al episodio narrado
en libro del Génesis sobre el pecado original. Allí se le dan también otros nombres:
el dragón rojo, el demonio, satanás y acusador de nuestros hermanos (Ap. 12, 9). Los
ángeles, ángeles caídos, fieles a él y forman su ejército (Ap. 12,7,9) Lejos de
ser una mera interpretación literal del texto y lejos de la exégesis o de un enfoque
hermenéutico mutilado de un texto como el que acabo de citar del libro del apocalipsis,
la Biblia en su totalidad, en el Antiguo y Nuevo Testamento dan testimonio de la existencia
del demonio. La Iglesia lo reconoce y ha ofrecido cursos sobre el “demonio”. Además,
no sólo se dicta el curso sobre el rito del exorcismo sino que también se da espacio
a los exorcistas. Aunque parece que está en desuso en las últimas decenios. Por
ello, quisiera sugerir: 1. Que se proponga una catequesis auténtica y profundamente
bíblica y teológica, a manera de curso en nuestras facultades de teología, así como
una versión simplificada para los mismos fieles. 2. Que se ponga en práctica un
nuevo rito, basado en el antiguo rito del exorcismo para uso de los sacerdotes 3.
Que, cada ordinario de acuerdo con el código de las leyes universales, nombre un exorcista
en su Iglesia particular. De acuerdo a nuestra tarea educativa debemos enseñar
y salvar nuestra gente de las garras de las falsas creencias y de las terribles prácticas
ocultas como en el caso de la brujería.