Sínodo: la mujer y su rol de humanizadora de sociedades, y canal de reconciliación
Viernes, 9 oct (RV).- Benedicto XVI presidió, hoy, los trabajos de la VIII Congregación
del Sínodo de Obispos para África, que se abrieron con las felicitaciones al varios
padres sinodales que hoy celebran sus 50 años de sacerdocio, entre ellos, el cardenal
Ving- Trois, arzobispo de París y monseñor Lucio Muandula, presidente de la Conferencia
Episcopal de Mozambique. Igualmente, fueron anunciados los miembros de la Comisión
para el mensaje final nombrados por el Papa que son: Mons. Giorgio Bertin, obispo
de Yibuti y administrador apostólico en Somalia y el padre O’ Really, presidente de
las Sociedades Misioneras de África.
Abrió las sesiones, el cardenal
Tarcisio Bertone quien colocó en primer plano la evolución de las relaciones de la
Santa Sede con los estados africanos recordando que hacia los años 80’ eran 40 y ahora
se ha llegado a 50 de los 53 países que componen el continente, además de las relaciones
con la Unión Africana y la Liga de los Países Árabes. Una realidad, que trata no sólo
de dar lugar a relaciones diplomáticas con los estados sino una voz a las Iglesias
locales y universal.
De la curia romana también intervino el cardenal
Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz quien puso de relieve
la necesidad de que las iglesias locales sepan interpretar, adaptar y difundir la
Doctrina Social católica en las sociedades africanas, y en particular, en la formación
de los sacerdotes y agentes pastorales.
También monseñor Claudio María
Celli, presidente del pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales tomó la
palabra en la que destacó el crecimiento, desde el primer Sínodo, en 1994, de la realidad
comunicacional en África, que en aquel entonces tenía, por ejemplo, 15 emisoras de
radio y ahora cuanta con 163. No obstante, consideró necesaria una mayor formación
en el campo, poniendo a disposición la colaboración de su dicasterio.
Numerosas
las intervenciones de los padres sinodales africanos, que nuevamente reiteran la importancia
de la familia en su papel de educadora en los valores evangélicos proponiendo estrategias
de diálogo que no se limiten a los padres sino también a otras estructuras como las
escuelas e instituciones de la sociedad civil.
En particular, fue
apreciada la intervención del padre E. Tsimba, superior general de la Congregación
del Corazón Inmaculado de María, quien abogó por la reivindicación y una presencia
más visible de la mujer en la iglesia en su “rol de humanizadora de las sociedades”
y canal preferencial del perdón y la reconciliación.
El diálogo interreligioso
fue abordado en al menos tres de las intervenciones, en particular, proponiendo una
formación de base en vista de que las minorías católicas y cristianas comparten cotidianamente
sus tierras, sus calles y su cocina con hermanos musulmanes. Nuevamente se destacó
la urgencia de una colaboración más fraterna entre los episcopados y la una mayor
atención a la educación en las escuelas e institutos religiosos.
Emotivamente
singular la intervención del padre Francesco Bartoloni, misionero del Preciosísimo
Sangre quien habló de la reconciliación en la sangre de Cristo, en una África plena
de la presencia de Dios y al mismo tiempo “suelo sacro donde se escucha el llanto
de la sangre”, a causa de los conflictos étnicos, las discriminaciones por la raza
o la religión, la plaga del SIDA, la pobreza, la violencia contra las mujeres, el
abuso de poder…
Una realidad que se reflejó también en la intervención
de Monseñor Jiménez Carvajal, de Colombia, quien habló de los sufrimientos de los
africanos que poblaron como esclavos el continente americano una herencia entonces
dolorosa pero sin duda enriquecedora.
Esta tarde, en la novena congregación,
se espera la presencia del ex jefe de la misión de paz para Darfur, Rudolf Adaba quien
hablará sobre los conflictos en África.