Las riquezas materiales de África, don y martirio para sus pueblos
Jueves, 8 oct (RV).- La necesidad de poner
en primer lugar las riquezas espirituales de un continente lleno de riquezas materiales
con son a la vez don y martirio para esos pueblos salió a relucir ya desde la meditación
de la Hora Tercia con la que inició esta VI congregación general del Sínodo de Obispos
para África.
Los padres sinodales presentes fueron 226 quienes antes de iniciar
sus intervenciones, 22 en total, eligieron en una segunda votación a los miembros
definitivos de la comisión para el mensaje final quienes representan a seis regiones
del continente y un representante de la Curia Romana. Los temas planteados a la asamblea
fueron escogidos libremente siempre sobre la base de los más variados puntos que presenta
el Instrumentum laboris del Sínodo, desde la necesidad de colaboración entre los episcopados
hasta la amenaza de las sectas sobre la población joven.
Abrió las sesiones
el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Pontificio Consejo para la Familia, quien
retomó las palabras de Benedicto XVI, en la apertura del Sínodo quien calificó como
“residuos tóxicos” la camuflada teoría de género que se está infiltrando en la sociedad
africana. Al respecto el purpurado advirtió que bajo la excusa de una justa igualdad
de dignidad y de derechos se quiere dar como irrelevante las diferencias naturales
entre hombres y mujeres como si fueran indiferenciados, y por lo tanto, equivalentes
a todas las orientaciones y comportamiento sexuales, con implicaciones éticamente
inaceptables.
Un aspecto aplaudido por la platea fue presentado por el Superior
general de la Sociedad de Misiones Africanas quien denunció la injerencia de agencias
de EE.UU. y Europa que toman decisiones cruciales para los intereses de África, como
por ejemplo la gestión del agua. Pero también abogó por promover una imagen positiva
de África que generalmente es vista por su pobreza, hambre, conflictos, recursos y
no desde todas las riquezas humanas y espirituales que puede ofrecer.
La necesidad
de la formación moral y ética de los políticos y programas ecuménicos de formación
para la paz de los actores políticos de la sociedad civil fue planteada por el arzobispo
de Kisangani en República Democrática del Congo pues como dijo la paz depende sobretodo
de quien tiene el poder político.
Del Congo también intervino el presidente
de la Conferencia Episcopal quien pidió acciones concretas y globales de la comunidad
internacional ante la rapiña y el pillaje de recursos por parte de potentes multinacionales
y sociedades relacionadas con África y que son la verdadera causa de las guerras en
el continente. Por ello, pidió ante este Sínodo que se denuncie públicamente a los
mandantes de las guerras y las violencias y que las iglesias de los otros continentes
den a conocer lo que sucede en África y emprendan acciones para disuadir y denunciar
a esos predadores para que respeten las medidas éticas y legales de la explotación
de los recursos naturales.
De todos las preocupaciones presentadas en esta
congregación, sin duda, la amenaza que los movimientos neo-pentecostales y sectas
representan para las jóvenes generaciones presentada por el obispo nigeriano Alfred
Martín fue compartida, así como sus propuestas de una revitalización y una acción
concreta con los jóvenes que comprenda incluso el financiamiento de la iglesia para
su formación.
No obstante, temas como la promoción de la caridad también tuvieron
espacio en la voz del presidente de la conferencia episcopal de Portugal quien reconoció
que Europa debe reinterpretar la aventura misionera asumiendo actitudes nuevas y comprometidas
con la vida de los pueblos que evangelizaron.
También la valorización de los
santos -“rico e inestimable tesoro de África”- y de los tantos mártires desconocidos
testigos de la fe fue colocada como prioridad por el prefecto de la Congregación para
la causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato. La santidad debe ser promovida desde
tres perspectivas: como modelo de inspiración en la evangelización, reconciliación
e inculturación del Evangelio.
Precisamente, el arzobispo de Johannesburgo
y presidente del episcopado sudafricano planteó que la inculturación del Evangelio
es fundamental para combatir las fuertes corrientes de liberalismo y secularización
que están llegando a África como una segunda colonización.
Solidaridad
con los cristianos de la República Democrática del Congo
Y al final de
la Congregación nuevamente las noticias que llegan del continente negro reviven en
el Aula del Sínodo. Firmada por algunos padres sinodales, fue leída en la asamblea
una carta de solidaridad con los cristianos que, en estos días han sido objeto de
ataques y violencia en la República Democrática del Congo, deseando paz y justicia
para todo el país. También, los padres sinodales agradecieron las palabras pronunciadas
en el Ángelus del domingo por Benedicto XVI sobre la situación en Guinea Conakry,
devastada, en días pasados por violentos disturbios políticos.