2009-10-08 15:40:39

Intervención de Mons. Fulgence MUTEBA MUGALU, Obispo de Kilwa-Kasenga (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO)


S. E. R. Mons. Fulgence MUTEBA MUGALU, Obispo de Kilwa-Kasenga (REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO)



Para promover una cultura de paz, de justicia, de reconciliación, de tolerancia, de diálogo y de convivencia en el seno de nuestros pueblos, las Iglesias en África están interesadas en utilizar eficazmente los medios de comunicación y asumir los desafíos que esto comporta. En la era digital se vuelve un imperativo inevitable en un ambiente mediático contaminado por la manipulación, por la propaganda política, por un clima de diversión poco edificante, y por el activismo de las sectas y marcado también por el imperialismo de los medios masivos de comunicación extranjeros que se imponen.

Por un lado, para ser eficaz, la comunicación eclesial debe volverse una prioridad pastoral. Por esto, los medios de comunicación social deben realmente ponerse al servicio de la evangelización y ser evangelizados ellos mismos. Es de esperarse, a este propósito, que nuestras estructuras eclesiales y nuestras instituciones eclesiásticas, en la medida de los propios recursos materiales, dispongan de medios de comunicación propios (radio, diario, boletín de información, sitio internet, televisión, teléfono, etc. ) y sean utilizados de verdad. Ante la falta de los medios materiales y económicos, se recurrirá al sostén que dan algunos organismos mediáticos de otros continentes así como, también, de la activa solidaridad de las personas de buena voluntad. Los agentes pastorales, los obispos, los sacerdotes, y también los seminaristas, deben aprender a utilizar las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información pastoral, de manera particular en la pastoral de la justicia, la paz y la reconciliación. Nuestros pueblos deben, también ellos, educarse para la utilización de los instrumentos mediáticos con discernimiento y espíritu crítico, a la luz de los principios éticos y de los derechos humanos. Con respecto a los operadores de las comunicaciones en nuestras sociedades, es imperioso que se los sensibilice en la deontología del proprio trabajo y sobre la responsabilidad que tienen en la promoción de la paz, la justicia, la reconciliación y la dignidad de la persona humana. Como nos recomienda la doctrina de la Iglesia, debemos fundar asociaciones de comunicadores católicos.








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