Intervención de Mons. Simon-Victor TONYÉ BAKOT, Arzobispo de Yaoundé (CAMERÚN)
S. E. R. Mons. Simon-Victor TONYÉ BAKOT, Arzobispo de Yaoundé, Presidente de la Conferencia
Episcopal (CAMERÚN)
Los bantúes del sur de Camerún conceden una importancia
particular a la vida en comunidad. Uno puede ser excluido como consecuencia de una
falta grave, e intentar reencontrar la comunión con todos. Es el sentido del perdón,
ofrecido o acogido, según que se haya recibido una ofensa o se haya cometido una culpa.
A
él se llega mediante un ritual, cuyas etapas fundamentales son las siguientes: el
árbol de la palabra, la confesión pública, las palabras rituales de concesión del
perdón, la reconciliación y la comida comunitaria. Es lo que llamamos la cultura de
la paz y de la reconciliación. El clan es capaz de restablecerlas cada vez que la
comunidad se encuentra en desequilibrio.
La Eucaristía, fuente y cumbre de
la vida cristiana, promueve la paz y la reconciliación, pero no ha alcanzado aún la
misma capacidad de conversión entre los cristianos que participan en la misma, ya
que el beso de la paz que se da durante la misa revela discordancias bastante claras
entre los fieles. Podemos incluso dar la espalda a quien nos ofrece la paz.
Los
Pastores, deberían emprender una catequesis adecuada para hacer entender a todos que,
convertidos en hermanos y hermanas de sangre, ya que la misma sangre de Cristo, recibida
en la Comunión, corre por nuestras venas, deberíamos comprender que esta sangre nos
purifica de todas nuestras manchas y debería hablar más fuerte que la tradición del
clan. Pero esto no sucede aún. Será necesario tender a ello cada vez más.