Sínodo para África: el Papa recuerda la tarea de la Iglesia de trabajar en la reconciliación
de pueblos y etnias y acabar con las injusticias y las guerras
Domingo, 4 oct (RV).- Benedicto XVI ha presidido esta mañana en la basílica vaticana
la solemne concelebración eucarística en ocasión de la apertura de la segunda Asamblea
Especial para África del Sínodo de los Obispos. El Papa ha concelebrado la Santa Misa
con los padres sinodales y prelados de la Curia Romana. En total 294 concelebrantes,
entre ellos 33 cardenales, 75 arzobispos y 120 obispos. Todos reunidos en la misma
basílica de san Pedro, donde hace 15 años, el 10 de abril de 1994, el siervo de Dios
Juan Pablo II abrió también la primera Asamblea Especial del Sínodo dedicada a África.
Esto
significa, ha dicho Benedicto XVI en su homilía, que “aquel evento histórico no quedó
aislado, sino que fue el punto de partida de un camino que hoy llega a una nueva etapa
de balance y relanzamiento”. El Papa ha dado la bienvenida a todos los miembros de
la Asamblea Sinodal, a los expertos y auditores y en particular a cuantos provienen
de tierra africana. El Pontífice ha dedicado un saludo especial a Su Santidad Abuna
Paulos, Patriarca de la Iglesia ortodoxa Tewahedo de Etiopía y a los delegados fraternos
de otras iglesias que, a partir de mañana, participarán también en los trabajos del
sínodo.
Haciendo alusión a las lecturas bíblicas de este domingo que
hablan del primado de Dios creador, el Santo Padre ha señalado que son los niños los
que, mejor que los adultos, saben entender la absoluta señoría de Dios y que es por
eso que Jesús los presenta como modelo para entrar en el reino de los cielos. Benedicto
XVI ha dicho que el reconocimiento de la señoría absoluta de Dios es también uno de
los rasgos sobresalientes de la cultura africana. “Todas las culturas del continente
concuerdan en un punto: Dios es el Creador y la fuente de la vida. Vida que se manifiesta
en la unión entre un hombre y una mujer y en el nacimiento de los hijos. “La ley divina,
escrita en la naturaleza, es más fuerte e importante que cualquier ley humana”, ha
afirmado el Papa.
En la apertura de la Asamblea sinodal dedicada a África,
el Pontífice, por tanto, ha querido subrayar de manera particular tres aspectos que
marcarán el trabajo de los padres sinodales: el primado de Dios creador, el matrimonio
y los niños. Sobre el primer aspecto, el Papa ha manifestado que “África es depositaria
de un tesoro inestimable para el mundo entero: “su profundo sentido de Dios”. Una
cosa que ha podido percibir, hablando con los obispos africanos durante las visitas
ad limina, y observar personalmente en su reciente peregrinación africana a Camerún
y Angola.
“Cuando se habla de los tesoros de África, se piensa inmediatamente
en los recursos de su rico territorio, que desgraciadamente se han convertido y continúan
siendo motivo de explotación, de conflictos y de corrupción. En cambio, la Palabra
de Dios nos muestra otro patrimonio: el espiritual y cultural, del cual la humanidad
tiene aún más necesidad que el de las materias primas”.
África, ha proseguido
el Papa representa “un inmenso pulmón espiritual, para la humanidad, que sufre una
profunda crisis de fe y de esperanza”. Pero es un pulmón que puede enfermar porque
“dos peligrosas patologías lo están infectando: por un lado, la enfermedad más difundida
en el mundo occidental, es decir, el materialismo práctico, combinado con el pensamiento
relativista y nihilista”. Benedicto XVI ha indicado que se trata de una verdadera
exportación desde el primer mundo de “tóxicos residuos espirituales”, y que en este
sentido, el colonialismo, acabado en el plano político, no ha acabado de desaparecer.
Luego, ha indicado cual es la segunda enfermedad.
“Un segundo virus que podría
golpear a África es el fundamentalismo religioso, mezclado con intereses políticos
y económicos. Grupos de distintas creencias religiosas se están difundiendo en el
continente africano; lo hacen en nombre de Dios, pero siguiendo una lógica opuesta
a la divina, es decir, enseñando y practicando no el amor y el respeto por la libertad,
sino intolerancia y violencia”.
Respecto al tema del matrimonio, el Santo
Padre ha querido relacionarlo directamente con el primer argumento del “primado de
Dios y el sentido sagrado”, señalando que el matrimonio tal como nos lo presenta la
Biblia no existe fuera de la relación con Dios. “La vida conyugal entre un hombre
y una mujer, y la familia que deriva de ello, están inscritos en la comunión con Dios
y, a la luz del nuevo Testamento, se convierten en imagen del Amor trinitario y sacramento
de la unión de Cristo con la Iglesia. En la medida que África custodie y desarrolle
su fe, podrá encontrar recursos inmensos en la familia fundada en el matrimonio”,
ha dicho el Papa, que a continuación ha hablado del tercer argumento: el respeto por
los niños, incluso los no nacidos.
“Como Jesús, la Iglesia no ve a los
niños sólo como los destinatarios de la asistencia, y menos aún del pietismo o la
instrumentalización, sino que los ve como personas a pleno título, que con su misma
manera de ser muestran la vía maestra para entrar en el reino de Dios, es decir, aquella
de confiar sin condiciones, en su amor”.
Benedicto XVI ha recordado que el
sínodo de África, que empieza hoy se relaciona directamente con el primero, cuyos
frutos fueron recogidos en la Exhortación Apostólica Ecclesia in Africa de Juan Pablo
II.
“Permanece naturalmente válida y actual la tarea primaria de la evangelización,
es más, de una nueva evangelización, que tenga en cuenta los rápidos cambios sociales
de nuestra época y el fenómeno de la globalización mundial”.
El Papa ha afirmado
que el propósito pastoral de la segunda Asamblea sinodal para África es el de “edificar
la Iglesia como familia de Dios”, siguiendo el tema del sínodo, que es: “La Iglesia
en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz. Vosotros sois la
sal de la tierra, vosotros sois la luz del mundo”.
“Para ser luz del mudo y
sal de la tierra es necesario apuntar siempre a la medida más alta de la vida cristiana,
es decir, la santidad. Que la Iglesia en África pueda ser siempre una familia de
auténticos discípulos de Cristo, donde la diferencia entre etnias sea motivo de estímulo
para un recíproco enriquecimiento humano y espiritual”.
El Pontífice ha terminado
diciendo que con su obra de evangelización y promoción humana, la Iglesia puede ciertamente
dar una gran contribución a toda la sociedad africana, que desgraciadamente conoce
en varios países pobreza, injusticias, violencia y guerras. De ahí el llamamiento
del Papa a la reconciliación de los distintos grupos étnicos, lingüísticos y religiosos.
“La reconciliación, es un don de Dios que los hombre deben implorar y acoger”, porque
“es el fundamento estable sobre el que construir la paz, condición indispensable para
el auténtico progreso de los hombres y la sociedad, según el proyecto de justicia
querido por Dios.