2009-09-27 13:21:54

“Su santidad llega a casa”


Domingo, 27 sep (RV).- RealAudioMP3 En su segundo día en la República Checa, Benedicto XVI dejó Praga temprano por la mañana para trasladarse en el avión presidencial checo hasta la ciudad de Brno (la capital de Moravia) a unos 200 kilómetros de distancia. Tras un vuelo de cerca media hora, el Santo Padre fue recibido en el aeropuerto de Tuřany por el obispo de Brno, el presidente de la Republica, el presidente de la región, y el alcalde de la ciudad.

El Papa llegó hasta este antiguo nudo de intercambio comercial, y actualmente floreciente centro industrial y académico para, en una estructura especialmente preparada en el aeropuerto, celebrar la misa y al mediodía el Ángelus.

El área preparada estaba separada por un largo corredor que unía una gran ancla que simbolizaba la virtud de la esperanza colocada a un extremo, y al otro el santuario mariano de Tuřany donde desde hace siglos se venera una estatua de la Virgen que según la tradición fue trasladada hasta aquí por los santos Cirilo y Metodio. Este domingo la estatua conocida como “Madre de las espinas” fue colocada cerca del altar donde el Papa celebró la Eucaristía.

A las 10 de una soleada y muy agradable mañana, empezó la que desde ya se puede considerar una histórica jornada (no sólo para la iglesia local sino para toda la República Checa): la celebración eucarística más grande nunca antes vista en estas tierras, que reunió alrededor de 150.000 personas. Miles, llegados de los países vecinos: Austria, Polonia, Alemania, Hungría, Croacia. El grupo mayor lo componían unos 15.000 eslovacos. Los sacerdotes con los celebrantes fueron 1.050 entre cardenales y obispos.

A nombre de la asamblea, el obispo de Brno, Mons. Vojtech Cirkle, dirigió un saludo al Papa subrayando que ésta era la primera vez en la historia de la diócesis desde su fundación en 1777, que recibe la visita de un sucesor de Pedro. Nuestra catedral esta dedicada a dos grandes apóstoles, los santos Pedro y Pablo, le dijo. “Su santidad llega a casa”.

En su saludo, Mons. Cirkle observó que este encuentro es doblemente extraordinario por la presencia del Santo Padre, y el poder celebrar la Eucaristía dominical “que para nosotros cristianos es la gozosa conmemoración de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte. En este el día del Señor, nos une Cristo victorioso”, exclamó.

El obispo de Brno recordó luego que podemos celebrar la eucaristía a través del don del sacerdocio instituido por Cristo durante su última cena. “Es precisamente el don del sacerdocio que usted, Santo Padre, ha colocado al centro de nuestra atención, proclamando el Año Sacerdotal”, una iniciativa que el prelado agradeció a nombre de todos especialmente de los presentes, portadores del sacerdocio ministerial.

Saludando también a nombre de las centenares de familias presentes, y antes de entrar en la comunión de la oración celebrando la Eucaristía dominical, Mons. Cirkle se refirió al tema principal del día: la esperanza, resaltando que “nuestra esperanza es Cristo”. El prelado agradeció una vez más al Papa haber venido a la República Checa a confirmar y a exhortar a esta nación en la esperanza.

A las 12.45 regresó a Praga.

Esta tarde a las 17.15 se lleva a cabo el encuentro ecuménico en el arzobispado de la capital y a las 18, el encuentro con los representantes de la cultura en la Sala de Ladislao en el Castillo de Praga.

Desde Praga siguiendo a Benedicto XVI, Raúl Cabrera.








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