El Papa pide a los cristianos que se unan para recordar a Europa sus raíces, “base
para el diálogo con otras culturas y religiones”
Domingo, 27 sep (RV).- El Evangelio no es una ideología, y precisamente por esta razón
no pretende encasillar con esquemas rígidos la evolución de las realidades socio políticas.
Estas palabras de Benedicto XVI sintetizan el discurso al Consejo Ecuménico de la
República Checa que ha analizado en profundidad el papel del Cristianismo en Europa.
En
el arzobispado de Praga, donde el Pontífice ha regresado tras la mañana transcurrida
en Brno, se ha desarrollado este primer encuentro de la tarde con los exponentes del
Consejo Ecuménico. Y en este contexto Benedicto XVI ha resaltado la necesidad de que
los cristianos se unan para recordar a Europa sus raíces. “No porque se hayan marchitado”,
sino porque continúan proporcionando al continente la base espiritual y moral que
permite establecer un diálogo significativo con personas de otras culturas y religiones.
El
Santo Padre ha recordado los continuos cambios a los que sigue sometida Europa. De
forma particular el Papa ha recordado la época tras el régimen comunista.
“En
este periodo los cristianos se unieron a otros hombres de buena voluntad para ayudar
a reconstruir un orden político justo, y todavía hoy continúan comprometiéndose a
través del diálogo para abrir nuevos caminos hacia la comprensión recíproca, la colaboración
en favor de la paz y el progreso del bien común”.
No obstante, se ha lamentado
Benedicto XVI, ahora surgen nuevas tentativas dirigidas a marginar la influencia del
cristianismo en la vida pública, a veces con el pretexto de que sus enseñanzas son
dañinas para el bienestar de la sociedad. Frente a estas corrientes, el papa ha recordado
que “el cristianismo puede ofrecer mucho en el plano práctico y moral, porque el Evangelio
siempre impulsa a hombres y mujeres a ponerse al servicio de sus hermanos y hermanas”.
“Cuando
Europa escucha la historia del Cristianismo, está escuchando su misma historia. Sus
nociones de justicia, libertad y responsabilidad social, junto a las instituciones
culturales y jurídicas establecidas para defender estas ideas y transmitirlas a las
generaciones futuras, están plasmadas en su herencia cristiana. En realidad, la memoria
del pasado anima sus aspiraciones futuras”.