Audiencia general: El Papa reitera la importancia del silencio interior para conversar
con Dios, y la unidad de la Iglesia en comunión con Cristo
Miércoles, 9 sep (RV).- Con el anhelo de que Jesús pueda ser verdaderamente el centro
de nuestra vida, también en medio de las preocupaciones cotidianas, Benedicto XVI
ha centrado su catequesis de hoy en san Pedro Damián, una de las grandes figuras de
la Iglesia del siglo XI. En el Aula Pablo VI, ante miles de fieles y peregrinos venidos
de tantas partes del mundo, evocando la ejemplaridad de la vida y obras de este santo
monje y cardenal, el Papa ha hecho hincapié en la importancia –también en este tiempo
nuestro- de saber ponerse a la escucha de Dios y conversar con Él. Así como de la
unidad de la Iglesia, en comunión con Cristo.
Recordando que la vida de este
santo estuvo iluminada por el misterio salvífico de la Cruz de Cristo, el Santo Padre
ha invitado a seguir el ejemplo de San Pedro Damián y a “Mirar la cruz como supremo
acto de amor de Dios hacia el hombre”.
Éstas son las palabras de Benedicto
XVI resumiendo su catequesis y saludando en nuestra lengua: Queridos hermanos y
hermanas: En la audiencia de hoy contemplamos la figura de uno de los grandes santos
del siglo once, Pedro Damián. Nacido en Ravena, muy pronto perdió a sus padres quedando
huérfano al cuidado de sus hermanos, los cuales le dieron una magnífica formación,
tanto jurídica como en la cultura clásica latina. En su primera juventud se dedicó
a la enseñanza y compuso grandes obras literarias, pero muy pronto sintió la llamada
a la vida eremítica e ingresó en el Monasterio de Fuente Avellana. Durante décadas
se dedicó de manera ejemplar a la vida monacal. Largas horas de contemplación y meditación,
nos han legado algunas piezas de alto valor teológico, así como magníficos sermones
y cartas sobre el amor que brota de la Cruz y el valor de la Palabra de Dios en la
vida espiritual del monje y del cristiano. Esta labor de pensamiento, por la cual
exhortaba a todos a poner en el centro de su vida a Cristo, estaba encaminada a la
búsqueda de una profunda reforma de la Iglesia. De ahí que en varias ocasiones fuera
llamado por los Papas para desarrollar una actividad pastoral más directa o para solucionar
problemas que acuciaban a la Iglesia en ese momento. Es un gran don poder contar con
una figura como San Pedro Damián, que gastó sus energías espirituales y físicas por
amor a Cristo y a su Iglesia, y que testimonia una vez más el primado de Dios sobre
todas las cosas. Saludo a los fieles de lengua española, en particular a los peregrinos
agustinos del Perú, así como a los grupos provenientes de Puerto Rico, Costa Rica,
México y España. Os invito a todos, siguiendo el ejemplo y la enseñanza de este santo
monje, a acoger nuevamente la llamada a caminar decididamente hacia la santidad. Muchas
gracias.
Benedicto XVI ha señalado que espera con alegría la visita que realizará
a la República Checa, en los días del 26 al 28 de este mes de septiembre. Con un cordial
saludo a un grupo de peregrinos de Krnov y Praga, el Santo Padre ha agradecido sus
oraciones.
Entre los grupos presentes, el Papa ha dado su bienvenida, luego,
a los consejeros eclesiales, dirigentes y representantes de la Confederación italiana
de agricultores, que impulsa la doctrina social de la Iglesia católica. Y los ha alentado
a “proseguir con empeño su servicio social y espiritual en el mundo de la agricultura”.
Refiriéndose a los temas del encuentro que están celebrando estos días en Roma, Benedicto
XVI ha deseado que sea un “nuevo impulso para reafirmar los principios éticos en la
economía y para reanimar la esperanza con la solidaridad”.
También en sus
saludos en italiano, dirigiéndose a un grupo de miembros de las Asociaciones de Mutilados
e Inválidos del Trabajo y de Inválidos Civiles, el Santo Padre ha deseado “que la
sociedad y las instituciones dediquen cada vez una atención más viva a estos hermanos
nuestros”.
Dirigiéndose a los peregrinos polacos, el Benedicto XVI ha recordado
la festividad de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, que la Iglesia celebró
ayer. Poniendo de relieve que el nacimiento de la Madre de Dios ha sido “para el mundo
un anuncio de la salvación, que es el fin último de la vida de cada uno de nosotros”,
el Santo Padre ha deseado que María “obtenga para todos la gracia de la fe, de la
paz del alma y de la esperanza de la vida eterna”.
También en sus saludos a
los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, que acuden cada semana a las audiencias
generales, el Papa se ha referido a la memoria litúrgica de la Natividad de la Bienaventurada
Virgen María.
“El Concilio Vaticano II dice que María nos precede en el camino
de la fe porque ‘ha creído en el cumplimiento de las palabras del Señor” (Lc 1,45),
ha recordado Benedicto XVI, pidiendo “a la Virgen Santa el don de una fe cada vez
más madura para los jóvenes”. “Una esperanza cada vez más firme para los enfermos”.
Y “un amor cada vez más profundo y duradero para los recién casados”.
Al finalizar
la audiencia general, Benedicto XVI ha recibido a la señora Asha-Rose Migiro, Vice-Secretaria
General de la Organizació de las Naciones Unidas. También este miércoles, el Santo
Padre se ha trasladado al Vaticano en helicóptero desde Castelgandolfo, para luego
volver nuevamente en helicóptero al Palacio Apostólico, de esta localidad que se encuentra
cerca de Roma.