Entrevista con el superior general de los claretianos sobre los nuevos desafíos de
la Congregación
Martes, 1 sep (RV).- Al concluir la semana pasada su Capítulo General realizado en
Roma, la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, más
conocidos como claretianos, reeligió al P. José María Abella Batlle como superior
general para el período que va hasta el 2015.
El Padre Abella, nacido en Lérida
en 1949, realizó su profesión religiosa en 1966 y está incardinado en la delegación
de Asia Oriental de su congregación. Sus trabajos como sacerdote los ha realizado
en Japón, en la archidiócesis de Osaka.
En los 18 últimos años este misionero
claretiano ha estado al servicio del gobierno general de la congregación como consultor
general y prefecto general de apostolado, ocupando el cargo de superior general de
la congregación desde el 1 de septiembre de 2003. Ante los micrófonos de nuestro
compañero Alberto Goroni, el P. Abella nos comenta cómo ha recibido este encargo y
nos presenta los desafíos más relevantes en esta nueva etapa al frente de los claretianos.
La injusticia,
el escándalo de la pobreza, la dignidad de los humildes son puntos que destaca Benedicto
XVI en su tercera encíclica. ¿Qué orientaciones ha sacado el capítulo de la Caritas
in veritate y cómo va a afrontar la Congregación el Año Sacerdotal?
La congregación
de los Misioneros Claretianos fue fundada por san Antonio María Claret, quien después
sería elegido arzobispo de Santiago de Cuba, el 16 de julio de 1849. Qué atención
dedican a América Latina y el Caribe y dónde ponen el acento de su tarea apostólica.
El Superior
general de los Claretianos también nos habló de la pastoral familiar.