2009-07-30 13:21:37

El Papa finaliza sus vacaciones en el Valle de Aosta y se traslada a Castelgandolfo donde permanecerá hasta finales de septiembre


Jueves, 30 jul (RV).- Benedicto XVI fue recibido por numerosos habitantes de Castelgandolfo a su llegada a esta pequeña localidad cercana a Roma donde están ubicadas las Villas Pontificias. Benedicto XVI saludó ayer por la tarde, en medio de los aplausos, a los presentes dándoles las gracias. Dijo que a pesar del pequeño accidente que padeció, había transcurrido días muy lindos, y que ahora se sentía feliz de encontrarse en esta bella y pequeña ciudad, donde transcurrirá algunas semanas. Y deseó a todos un tiempo bello y bueno, también de descanso y vacación, en la medida en que sea posible, tras lo cual les impartió su bendición.


El Santo Padre concluyó ayer sus vacaciones en la zona montañosa de los Alpes italianos de Les Combes, en el Valle de Aosta y se trasladó a la residencia de verano de Castelgandolfo para proseguir sus actividades en esta ciudad lacial, a 30 Km. al sur de Roma, donde permanecerá hasta los últimos días de septiembre. Un helicóptero llevó al Pontífice hasta el aeropuerto de Turín-Caselle, en el norte de Italia, donde tomó el avión que lo trasladó al aeropuerto de Roma-Ciampino. Y desde Ciampino el Papa se trasladó en automóvil hasta Castelgandolfo.



Benedicto XVI reanudará el próximo sábado sus audiencias públicas. En efecto, ese día recibirá a los participantes en los XIII Mundiales de natación “Roma 2009”. Estarán presentes unas 700 personas, entre atletas, técnicos y voluntarios. El domingo 2 de agosto el Papa rezará el ángelus desde el balcón del patio central del palacio apostólico de la villa pontificia, mientras el día 5 reanudará la audiencia general de los miércoles con los fieles y peregrinos que deseen escuchar sus enseñanzas y recibir su bendición.



Está previsto que el 6 de septiembre el Papa visite la localidad de Viterbo, a unos 80 kilómetros al norte de Roma, y viaje del 26 al 28 de ese mismo mes a la República Checa. Por su parte, tal como nos ha informado estos días el padre Federico Lombardi, director de nuestra emisora y de la Oficina de prensa de la Santa Sede, el Papa durante su estancia en Les Combes, transcurrió unos días tranquilos, de descanso, durante los cuales aprovechó para leer mucho. Todas las tardes el Papa daba un paseo por las inmediaciones de la residencia de los salesianos en que se hospedaba y, aunque debido a la fractura de la muñeca derecha no pudo escribir, grabó todas sus reflexiones.



Ayer a mediodía, al término de las dos semanas de vacaciones, el Santo Padre se despidió de las fuerzas del orden, bomberos y protección civil agradeciéndoles de corazón su servicio tan competente, discreto y eficiente.

“Habéis sido como ángeles, invisibles pero al mismo tiempo eficientes. He disfrutado de una paz celeste, nada malo, ninguna distracción podía entrar. Y lo podían hacer tantas cosas buenas, materiales e inmateriales.... He estado rodeado de un silencio increíble: sólo el canto de los pájaros, la música presente del Creador”.

Benedicto XVI bromeó también con su ángel de la guarda que no ha impedido su accidente. “Quizá –dijo el Papa- el Señor quería de mí más paciencia y humildad, darme más tiempo para la oración y la meditación”.







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