Santa Sede reitera la urgencia de asistencia sanitaria en países pobres
Domingo, 12 jul (RV).- La Santa Sede reitera la urgencia de sostener la asistencia
sanitaria y la salud pública de las naciones pobres, en el encuentro del Consejo Económico
y Social de Naciones Unidas, que ha tenido lugar en días pasados en Ginebra. El arzobispo
Silvano Tomasi, en su intervención en el debate centrado en ‘Las tendencias nacionales
y mundiales actuales y su repercusión sobre el desarrollo social, incluida la salud’,
se refirió a las tendencias sociales y a los retos emergentes y su repercusión sobre
la salud pública, poniendo de relieve la apremiante necesidad de que los países ricos
renueven su compromiso en favor de los más vulnerables, ante las situaciones de crisis.
Tras
señalar que «mientras los expertos debaten sobre las causas de la crisis, las consecuencias
sociales de las nuevas pobrezas - como la pérdida de puestos de empleo, la malnutrición
y los impedimentos al desarrollo – se ensañan contra los grupos más vulnerables de
la población, por lo que es urgente dar respuestas eficaces y tempestivas», Mons.
Tomasi recordó la reciente encíclica social de Benedicto XVI, subrayando que la crisis
financiera y económica se afianza en la avidez y en la falta de responsabilidad ética.
Haciendo
hincapié en los estrechos lazos entre la pobreza y los problemas de salud que se derivan
de la malnutrición y de la legítima asistencia sanitaria, Mons. Tomasi se refirió
a las pandemias que no se han logrado vencer aún y a las nuevas, como la causada por
el virus de la gripe A. «La Santa Sede expresa su profunda preocupación, ante las
previsiones de la Banca Mundial, que vislumbran un aumento del número de personas
en condiciones de extrema pobreza».
Una vez más, la Delegación de la Santa
Sede ha apelado a la justicia y a la solidariedad, poniendo en guardia contra la
tentación de reducir los servicios públicos de asistencia sanitaria. Y ha recordado
también la necesidad de resolver el problema de las mujeres que, todavía en muchas
regiones, reciben una asistencia sanitaria insuficiente.
Mons. Tomasi recordó
el incesante compromiso de la Iglesia católica en favor de la asistencia sanitaria
para los más necesitados en todo el mundo. Por medio de más de 5 mil 300 hospitales,
más de 18 mil clínicas, más de 15 mil residencias para ancianos y minusválidos y otros
programas dedicados a la salud. En especial, en regiones marginadas y aisladas, entre
personas que difícilmente tienen acceso a los cuidados sanitarios de ámbitos gubernativos,
como ocurre a menudo en África.