Últimos temas abordados por el Observador de la Santa Sede ante la ONU
Jueves, 2 jul (RV).- La necesidad de asistir a los pobres que mayormente sufren la
crisis en los países en vías de desarrollo así como en aquellos desarrollados; la
seguridad alimentaria y el apoyo de gastos sociales, con medidas económicas a corto
y largo plazo, y los compromisos asumidos en la conferencia de Doha, sobre el desarrollo
sostenible, son algunos de los temas abordados el pasado 26 de junio por el Observador
permanente de la Santa Sede ante la Asamblea General de la ONU.
Ante la crisis
global que afecta al mundo, la Santa Sede, reitera su “fuerte compromiso moral para
afrontar las disparidades sociales y económicas que se están acentuando y que minan
la dignidad fundamental de muchos habitantes de la tierra”, afirmó el observador permanente
de la Santa Sede, arzobispo Celestino Migliore en el marco de la Conferencia sobre
la crisis financiera y económica mundial y su impacto sobre el desarrollo, celebrada
en el Palacio de Vidrio, sede de la ONU en Nueva York, el pasado 26 de junio.
Mons.
Migliore destacó que es imperativo encontrar caminos para el desarrollo sostenible
en los Países en desarrollo a la vez que recordó que los mayormente afectados y los
menos capaces de defenderse del impacto de la crisis son los pobres que sufren el
desempleo y la falta de acceso al trabajo, alimento, asistencia Sanitaria y estructuras
educativas. Todas estas carencias forman parte –dijo- de la triste realidad de los
Países emergentes, sin olvidar la también dramática situación que se está viviendo
en los países desarrollados con el flagelo de la pérdida de empleos.
El representante
vaticano ante la ONU aludió además a que este 2009, entre los 55 y 90 millones de
personas se encontrarán en situación de pobreza extrema con el peligro de que las
personas que sufrirán hambre crónica supere los mil millones.
Mons. Celestino
Migliore recordó las acciones que la Iglesia está emprendiendo a través de sus instituciones,
aprovechado la coyuntura para promover nuevas estructuras de solidaridad y para animar
a una nueva orientación de los sistemas financieros hacia los principios de la justicia,
la solidaridad y la subsidiariedad, motivo por el cual apoya las “propuestas destinadas
a tutelar a través de medidas de estabilización a corto plazo” y “medidas a largo
plazo”.
El representante de la Santa Sede ante la ONU elogió los compromisos
asumidos en la cumbre del G20 en Londres pero lamentó que sólo una pequeña parte de
estas ayudas ha sido destinada a los países más pobres, por ello destacó que es fundamental
destinarles una ayuda financiera adecuada”. Entre las medidas que a su juicio requieren
especial atención se encuentran aquellas encaminadas a reforzar la seguridad alimentaria,
el apoyo de los gastos sociales y, más en general, un gasto público que ponga en el
centro a las personas”.