Audiencia general: llamamiento del Papa en defensa de la infancia que padece abusos,
guerra y muerte, y elogia la labor de la Cruz Roja durante 150 años
Miércoles, 24 jun (RV).- Benedicto XVI, que se ha dicho muy cercano a todos los niños
del mundo, ha hecho esta mañana antes de terminar la Audiencia General, un llamamiento
en defensa de la infancia, sobre todo, la más expuesta a los abusos, a la guerra y
a la muerte y ha recordado seguidamente, en otro llamamiento, la importancia de la
Cruz Roja en el 150 aniversario. El Papa ha dedicado hoy la catequesis de la Audiencia
General al Año Sacerdotal que se acaba de inaugurar y que tiene como objetivo “favorecer
la tensión de todos los presbíteros hacia la perfección espiritual”.
“Dirijo
un cordial saludo a la Delegación guiada por el subsecretario de la ONU y representante
especial para los niños en situaciones de conflicto armado. Al manifestarle a usted
y a sus acompañantes mi más vivo aprecio por el compromiso en defensa de la infancia
víctima de la violencia y de las armas, pienso en todo los niños del mundo, en particular,
en aquellos que están expuestos al miedo, al abandono, al hambre, a los abusos, a
la enfermedad y a la muerte. El Papa está cerca de todas estas pequeñas víctimas y
las recuerda siempre en la oración”.
Benedicto XVI seguidamente ha recordado
la importancia benemérita de la Cruz Roja con motivo de su nacimiento hace 150 años.
“El 24 de junio de hace 150 años nacía la idea de una gran movilización para la asistencia
de las víctimas de las guerras que después tomaría el nombre de Cruz Roja. A lo largo
de los años, los valores de universalidad, neutralidad, independencia del servicio,
ha suscitado la adhesión de millones de voluntarios en todas las partes del mundo,
formando un importante baluarte de humanidad y de solidaridad en muchos escenarios
de guerra y de conflicto, así como también en muchas situaciones de emergencia. Al
desear que la persona humana en su dignidad y en su integridad esté siempre en el
centro del compromiso humanitario de la Cruz Roja, animo de manera especial a los
jóvenes a comprometerse concretamente en esta benemérita Institución. Aprovecho esta
circunstancia para pedir la libertad de todas las personas secuestradas en zonas de
conflicto y de nuevo pido la liberación de Eugenio Vagni, agente de la Cruz Roja en
Filipinas.
Al Año Sacerdotal que se acaba de inaugurar y que tiene como objetivo
“favorecer la tensión de todos los presbíteros hacia la perfección espiritual”, ha
dedicado el Santo Padre sus palabras de la catequesis de la Audiencia General pronunciadas
esta mañana en la plaza de san Pedro ante más de 15 mil fieles y peregrinos de todo
el mundo católico.
Dos son las imágenes que el mundo y también la conciencia
eclesial tienen del sacerdote, ha dicho el Papa: la primera, definida “función social”,
de servicio a la comunidad; la segunda, “sacramental-ontológica “en la que dimensión
de servicio depende del don concedido por Dios a través de la Iglesia, el ministerio
de los ordenados”.
“Las dos concepciones no están en contraste”, ha explicado
el Pontífice. “El anuncio, de hecho, no es sólo un discurso, incluye la acción”; “Palabra
y signo son indivisibles y el sacerdote no es el dueño, sino el siervo de la Palabra”.
Por tanto, el anuncio no es “un mero aspecto funcional”. Siguiendo el ejemplo de santo
cura de Ars, ha señalado Benedicto XVI, “el sacerdote, consciente de la responsabilidad
de las misión debe ser siempre signo de esperanza y presencia de la misericordia del
Dios”.
El anuncio de la Palabra, ha recordado el Pontífice, “coincide con
la persona de Cristo y el servicio de la Palabra necesita el perderse en Cristo, la
identificación con Él”. Y sólo la participación al sacrificio de Cristo hace creíble
el anuncio: un anuncio eficaz, pues, comporta “el sacrificio de uno mismo”. Esta ha
sido la carta de identificación que ha trazado el Papa en el año jubilar dedicado
a los presbíteros.
En las “actuales sociedades globalizadas”, en un mundo
“donde la visión común de la vida comprende cada vez menos lo sagrado” y donde tiene
entrad cada vez más “la funcionalidad, que es la única categoría decisiva, la concepción
católica del sacerdote puede perder consideración incluso dentro del seno de la misma
Iglesia” ha observado Benedicto XVI. “El sacerdote, -ha explicado el Papa- no debe
resolver su actividad “sólo en el anuncio y en la Palabra sino que se debe anular
-como dice San Pablo-, en Cristo”.
Este ha sido el resumen de su catequesis
ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes
en la Plaza de San Pedro:
Queridos
hermanos y hermanas: El pasado viernes, solemnidad del Sagrado
Corazón de Jesús, tuve la alegría de inaugurar el Año Sacerdotal, con ocasión del
ciento cincuenta aniversario de la muerte de san Juan María Vianney. El objetivo de
este Año, como he escrito en la carta que he enviado a los sacerdotes, es renovar
en cada uno de ellos la aspiración a la perfección espiritual, de la que depende en
gran medida la eficacia de su ministerio. Asimismo, esta iniciativa servirá para reforzar
en todo el Pueblo de Dios la conciencia del don inmenso que supone el ministerio ordenado
para quien lo ha recibido, para toda la Iglesia y para el mundo. Espero que este Año
Sacerdotal sea un tiempo de abundantes gracias para todos los sacerdotes, en el que
profundicen en su íntima unión con Cristo crucificado y resucitado. Que a imitación
de San Juan Bautista, cuya fiesta celebramos hoy, estén dispuestos a “disminuir” para
que Él crezca, y así, siguiendo también el ejemplo del Cura de Ars, consideren la
enorme responsabilidad de la misión que les ha sido encomendada, que es signo y presencia
de la infinita misericordia de Dios. Saludo cordialmente a
los fieles de lengua española aquí presentes. En particular, a los peregrinos de la
Arquidiócesis de Tulancingo, con su Arzobispo, Mons. Domingo Díaz Martínez, y de la
Diócesis de Alcalá de Henares, con su Obispo, Mons. Juan Antonio Reig Pla, así como
a los demás grupos venidos de España, Honduras, México y de otros países latinoamericanos.
Os aliento para que en este Año Sacerdotal encomendéis de un modo especial a todos
vuestros sacerdotes.
Como siempre al final de la audiencia el Papa se ha
dirigido a los jóvenes a los enfermos y a los recién casados. Celebramos hoy la fiesta
del nacimiento de san Juan Bautista, enviado por Dios para ser testigo de la luz y
preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. Os deseo a vosotros, queridos jóvenes,
encontrar en la amistad con Jesús la fuerza necesaria para estar siempre a la altura
de las responsabilidades que os esperan. Os exhorto a vosotros, queridos enfermos,
a considerar los sufrimientos y las pruebas cotidianas como oportunidad que Dios ofrece
para cooperar en la salvación de las almas. E invito, a vosotros recién casados, a
manifestar el amor del Señor en la fidelidad recíproca y en la acogida generosa de
la vida.