El Papa exhorta a los sacerdotes a no resignarse jamás a ver vacíos los confesionarios
y encontrar nuevos canales para comunicar la vida evangélica
Domingo, 21 jun (RV).- Benedicto XVI ha exhortado a los sacerdotes a no resignarse
jamás a ver vacíos los confesionarios, ni limitarse a constatar el despego de los
fieles de ésta extraordinaria fuente de serenidad y paz. En el mismo contexto y de
igual importancia es fundamental encontrar nuevos canales para comunicar la vida evangélica
a los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Estas han sido las exhortaciones
principales del Papa a los sacerdotes, religiosos, religiosas y jóvenes durante su
último encuentro en la iglesia de san Pío de Pietrelcina, en este breve viaje apostólico
a San Giovanni Rotondo. Dirigiéndose en particular a los sacerdotes el Pontífice ha
subrayado la importancia de participar devotamente en la celebración eucarística y
de frecuentar asiduamente el sacramento de la confesión. En este sentido Benedicto
XVI les ha pedido que no se resignen jamás a ver desiertos sus confesionarios, ni
se limiten a constatar el desapego de los fieles por esta extraordinaria fuente de
serenidad y de paz.
En cuanto al valor y necesidad de la oración, una
gran enseñanza que podemos extraer de la vida del padre Pío, el Papa se ha referido
a este punto fundamental para la espiritualidad del sacerdote, de cualquier cristiano,
pero sobre todo de los religiosos y religiosas, “elegidos para seguir de cerca a Cristo
mediante la práctica de los votos de pobreza, castidad y obediencia”. El Santo Padre
ha reconocido que a veces podemos desanimarnos ante la relajación e incluso el abandono
de la fe que podemos contemplar en nuestras sociedades secularizadas.
“Es
necesario trabajar para encontrar nuevos canales para comunicar la verdad evangélica
a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, pero dado que el contenido esencial del
anuncio cristiano siempre es el mismo, es necesario regresar a su fuente original,
a Jesucristo que es el mismo ayer, hoy y siempre”.
Benedicto XVI se
ha dirigido a los hermanos capuchinos que se ocupan con amor de este oasis de espiritualidad
y solidaridad evangélica, acogiendo a peregrinos y personas devotas atraídos por la
viva memoria de san Pío de Pietrelcina: “Gracias de corazón por este precioso servicio
que prestáis a la Iglesia y a las almas que aquí redescubren la belleza de la fe y
el calor de la ternura divina”.
También en esta ocasión el Pontífice
ha recordado el inicio del Año Sacerdotal, “durante el cual recordaremos con veneración
y afecto el 159 aniversario del san Juan María Vianney” y con el que Benedicto XVI
ha querido subrayar cuán importante es la santidad de los sacerdotes para la vida
y la misión de la Iglesia. “Como el cura de Ars –ha recordado el Santo Padre- también
padre Pío nos recuerda la dignidad y la responsabilidad del ministerio sacerdotal.
“¿Quién
podía permanecer impasible ante el fervor con el que él revivía la Pasión de Cristo
en cada celebración eucarística? Del amor por la Eucaristía emanaba de él, igual que
en el cura de Ars, una total disponibilidad a la acogida de los fieles, sobre todo
de los pecadores. Además, si san Juan María Vianney, en una época atormentada y difícil,
buscó en todas las formas, que sus parroquianos redescubrieran el significado y la
belleza de la penitencia sacramental, para el santo fraile del Gargano, el cuidado
de las almas y la conversión de los pecadores fueron un anhelo que le consumió hasta
su muerte. ¡Cuántas personas han cambiado su vida gracias a su paciente ministerio
sacerdotal; cuántas largas horas transcurría él en el confesionario!
También
el Santo Padre ha dirigido unas palabras a los jóvenes, aquejados por el fenómeno
del desempleo, particularmente grave en el sur de Italia, y les ha animado asegurándoles
el apoyo de la Iglesia, que no les abandona. “No abandonéis vosotros a la Iglesia.
Es necesario vuestro apoyo para construir comunidades cristianas vivas, y sociedades
más justas y abiertas a la esperanza”.